La sed, mala consejera en días de frío

  • Pese a que el frío inhibe la sed durante el invierno, es necesario mantener la hidratación para evitar las enfermedades típicas del período.

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    La no ingestión de líquidos puede elevar la vulnerabilidad del sistema inmunológico y predispone al cuerpo a infecciones oportunistas como la gripe y los resfriados, afirma la Nutrition Research Center on Aging Tufts University en Massachusetts (EEUU).

    Foto: El Comercio

    Con temperaturas amenas en invierno, las personas se olvidan de redoblar la atención con la ingestión de líquidos, algo esencial ya que el cuerpo está compuesto en un 60 % de agua y ese contenido tiene que ser renovado permanentemente.

    La hidratación es mucho más que tomarse un vaso de agua. La reposición tiene que ser permanente. Se recomienda atención especial para los lactantes y los niños, cuyos cuerpos tienen aún mayor porcentaje de contenido de agua.

    Pero cuando el gasto de calorías aumenta por algún motivo, como la práctica de ejercicios físicos, es necesario compensar la deshidratación y elevar la ingestión de líquido.

    La vulnerabilidad provocada por la mala hidratación es mayor en regiones con clima seco, en las que la falta de agua puede resecar el cuerpo, especialmente las mucosas, compuestas en un 80 % de agua.

    Cuando el cuerpo está poco hidratado, la espesura de las mucosas se reduce y el cuerpo queda más vulnerable a todo tipo de infección propagado por el aire.

    La buena hidratación es esencial para actividades intelectuales, el buen funcionamiento de los músculos y hasta la pérdida de peso en dietas.

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