Balenciaga y Ghesquière aceptan mediación en su querella

  • La casa de moda Balenciaga y el que fuera su director artístico durante quince años Nicolas Ghesquière han aceptado el procedimiento de la mediación que les ofrecía el Tribunal de Gran Instancia de París para dirimir el contencioso que los enfrenta, según la publicación «WWD».

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    Las dos partes tenían hasta hoy para dar el visto bueno a esa instancia que les había propuesto el presidente del tribunal en julio, y que permite evitar la vía judicial en la demanda por la que Balenciaga reclama 7 millones de euros (unos 9,5 millones de dólares) en concepto de daños y perjuicios a Ghesquière.

    En caso contrario, hubiera sido el juez el que hubiera tenido que emitir un veredicto.

    El que fuera modisto de Balenciaga entre 1997 y 2012 recibió 6,5 millones de euros (unos 9 millones de dólares) cuando dejó la empresa amistosamente, además de un paquete de acciones que revendió por 32 millones de euros (unos 43 millones de dólares).

    Pero la ruptura del contrato que lo unía a Balenciaga incluía cláusulas que no le permitían hacer declaraciones que pudieran dañar la imagen de la marca o al grupo propietario, Kering (entonces PPR).

    La casa de moda considera que violó esas condiciones al dar varias entrevistas en las que criticaba la estrategia de su antiguo empleador.

    Así, en la primera a la revista «System», Ghesquière explicó: «tenía un estudio maravilloso y un equipo creativo cercano a mí, pero empezó a convertirse en una burocracia y, poco a poco, más institucional, hasta que ya no tenía nada que ver con la moda».

    El modisto de 43 años, uno de los más aplaudidos de su generación y que ahora trabaja para Louis Vuitton, también denunció que se sintió «vampirizado» por Balenciaga, una empresa volcada en la comercialización de sus productos que no manifestaba «ninguna estima, ningún interés y ningún reconocimiento» por sus creaciones.

    Ghesquière, había llegado allí con solo 26 años y se convirtió en el heredero artístico del español Cristóbal Balenciaga (1895-1972). Durante quince años estuvo a las riendas de una casa que en 2001 fue adquirida por PPR (más tarde bautizado Kering) y que tiene en su catálogo enseñas como Gucci, Yves Saint-Laurent o Alexander McQueen.

    Fue en 2012 cuando, por sorpresa, el modisto y la casa de costura pusieron fin a su relación contractual.

    Tras la ruptura, Ghesquière pasó a dirigir Louis Vuitton, al tomar el testigo de Marc Jacobs. Balenciaga, por su parte, contrató al estadounidense Alexander Wang para sustituirlo.

    La mediación no significa que Balenciaga renuncie a los siente millones de euros que le reclama. En caso de que este procedimiento fracase, la reclamación volverá a ser tratada por la instancia judicial. EFE

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