Vestir a quienes somos

  • Y partimos de este principio, un ropero versátil es aquel que facilita nuestra vida, nos aporta la sensación de sentirnos adecuadas en toda ocasión, y que aparte nos posibilita coordinar rapidito looks que nos hagan “sentir” lindas (concisas, versátiles, actuales).

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    Sirve para comprar menos y mejor, y en el momento de descartar lo que hay demás en un ropero, también mejora nuestra memoria: “El secreto de la vida adulta en general, está en la planificación”.

    Es mejor tener una cantidad razonable de piezas buenas, hechas con material de calidad, que acumular un montón de ropas que no resistan las primeras lavadas (se destiñan, suelten un botón, agujereen, o hagan bolitas en el tejido).

    Tampoco compensa tener un ropero lleno de ropa, y salir corriendo todas las mañanas a recoger del tendedero la misma ropa que usamos ayer, es mejor tener lo esencial, lo que amamos, y aprender a quitar de nuestras vidas todo aquello que solamente ocupa un espacio físico y mental.

    Vale más destinar la mayor parte de nuestra inversión en lo que usamos más, y minimizar el gasto con lo que se usa menos, pensando rápido podría ayudarnos a destinar mayor inversión donde pasamos más tiempo, en el trabajo, en casa, en fiestas… y construir un ropero usando esta dirección, así, tener menos peso en la conciencia y en el alma acumulando piezas, o emociones que no nos generan felicidad.

    La idea es que aprendamos a variar nuestros looks pensando en partes de arriba diferentes para las mismas partes de abajo, crear looks nuevos con lo que ya tenemos, y como cereza de la torta, un buen conjunto de accesorios funcionales y prácticos, pero también bonitas y sobre todo comunicadoras de nuestra esencia.

    Si eliminamos excesos del ropero y pasamos a tener solamente lo que nos enamora, y usamos mucho, de muchas maneras lo que tenemos, con seguridad brillaremos solas, porque vestir a quienes somos realza nuestra esencia.

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