- marzo 30, 2017
Es consumir alimentos en respuesta a las emociones, especialmente a las emociones negativas, sin sentir hambre realmente. La nutricionista Fátima Flecha nos cuenta cómo se manifiesta.
Los siguientes son signos comunes de los hábitos alimenticios relacionados con las emociones:
– Obsesionarse por las comidas
– Usar la comida como premio
– Comer impulsivamente
– Consumo fuera de control
– Esconder las evidencias de que está comiendo/comer en privado
– Sentimientos de culpa o remordimiento después de comer
– Desconexión de las señales psicológicas de hambre y saciedad
– Fluctuaciones de peso
– No poder reconocer la razón por la que come
– Comer más rápido que lo normal
Riesgos asociados con los hábitos emocionales de comer:
Comer sin límites puede hacer que la persona se sienta culpable y disgustada con su comportamiento o hábitos alimenticios, y esto afecta la forma en que se interactúa socialmente.
Además de los problemas emocionales y sociales, este tipo de comportamiento puede llevar a un sobrepeso y a la obesidad, creando o contribuyendo con otros problemas psicológicos.
Los hábitos de comer basados en la emoción no solo afectan a la persona mentalmente, pero pueden tener también efectos deteriorantes para la salud.
Muchos comen “alimentos reconfortantes” que tienen alto contenido en grasas, sal y calorías. El consumir estos alimentos puede llevarnos no solo a aumentar de peso sino también podríamos tener una serie de riesgos de salud incluyendo los siguientes:
– Niveles elevados de colesterol (hipercolesterolemia)
– Niveles altos de presión arterial (hipertensión)
– Aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, derrames e infarto de miocardio
– Problemas de esqueleto y musculares
– Aumento del riesgo de ciertos cánceres
– Disfunciones respiratorias
– Diabetes
– Desórdenes del sueño