No desperdicies las cáscaras de naranjas que consumís porque a partir de ahora podés hacer buen uso de ellas. En la nota te sugerimos algunos.
La naranja tiene múltiples propiedades que ayudan a la salud y al desarrollo del cuerpo. La cáscara tiene usos incalculables, desde encender fuego, hasta ahuyentar las molestosas hormigas del rincón de la casa.
Cinco usos importantes:
1. Encendé fuego: si querés cambiar el papel, podés hacer uso de la cascara de naranja o limón seco para encender el carbón. Los aceites inflamables se encuentran dentro de la cáscara que duran mucho más tiempo que el papel.
2. Perfumador y desinfectante: se utilizó durante siglos para llenar los espacios pequeños con su fragancia agradable, así como para combatir a las polillas. Es fácil de hacer, tomá un puñado de clavo de olor, poné en una naranja y cubrí toda la superficie.
Cuando termines, colgá dentro de una bolsa con un trozo de cuerda y poné en el interior de un armario o un mueble. Esto evitará que el espacio largue olores feos y lo mantendrá fresco durante años.
3. Espanta gatos de tu jardín: si los gatos de los vecinos confunden el césped con su caja de arena, podés enviarlos a otro lugar. Hacé una mezcla de cáscara de naranja y granos de café, y distribuí en torno a las heces dejadas anteriormente por los gatos.
4. Quitá las hormigas: liberá las hormigas de tu jardín y hogar. En una licuadora hacé puré de la cáscara de naranja y una taza de agua tibia. Posteriormente, distribuí la solución en los hormigueros. Repetí el proceso si regresan.
5. Porta-alimentos para pájaros: podés hacer un vaso de la naranja y colgar de un árbol para los pajaritos. Después de que consuman todas las semillas, recargá tantas veces como desees. Eventualmente, la cáscara de naranja se degradará y caerá al suelo.
Para hacer el vaso de los alimentos, necesitás una gruesa cáscara de naranja, un cuchillo, una cuchara, hilo y aguja -para perforar la piel de naranja- y semillas para pájaros. Cortá en la mitad y extraé toda la pulpa con la ayuda de la cuchara para dejarlo con una cáscara vacía. Pasá la aguja con un hilo a través de la corteza y el lado opuesto.
Estirá los extremos del alambre, hacé un nudo en la punta y colgá en una rama. Cuando se acaben las semillas, rellená.