OMS revaluaría relación entre el mate y el cáncer

  • La Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer está estudiando la posibilidad de revaluar en 2016 la eventual relación entre algunos tipos de cáncer y la ingestión regular de mate caliente.

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    Así lo confirmó a Efe en un cuestionario por escrito la científica Dana Loomis, de la sección de monografías de la IARC.

    La única vez que la entidad evaluó la posible capacidad cancerígena del mate fue en 1991, y desde entonces el asunto no ha sido estudiado de nuevo.

    Loomis explicó que las substancias y su relación con la posibilidad de causar cáncer sólo se revalúan cuando se cuenta con nuevos datos.

    En abril de 2014, un grupo de expertos «recomendó» que se estudiara la peligrosidad del mate, una bebida que se consume eminentemente como infusión en Uruguay y en Argentina, así como en el sur de Brasil, y algunas zonas de Paraguay, Ecuador, Chile y Bolivia.

    Consultada si, teniendo en cuanta esta recomendación del grupo de expertos, el mate será revaluado, Loomis respondió que «se está estudiando la posibilidad» en 2016.

    La conclusión del trabajo de 1991 estableció que la planta del mate por si sola pertenece a la categoría «Grupo 3», es decir «no cancerígena para los humanos».

    Sin embargo, el mate caliente, que es el que mayoritariamente se consume en el Cono Sur, se clasificó en la categoría «Grupo 2A», es decir «probablemente cancerígeno a humanos».

    No obstante, la especialista dejó claro que «la clasificación se basó en limitada evidencia en humanos de que beber mate caliente es cancerígeno».

    «En ese momento no había datos disponibles sobre el mate frío ni sobre test experimentales con animales».

    De hecho, Loomis explicó que en 1991, los únicos datos disponibles fueron estudios epidemiológicos de gente que bebía mate caliente.

    «Datos más recientes, incluyendo estudios con animales, sugieren que la temperatura de la bebida debe jugar un papel importante, pero estos estudios no han sido aún evaluados», explicó la científica.

    «Esta es una de las razones por las cuales se recomendó la revaluación», agregó.

    Asimismo, la científica explicó que la IARC evalúa el potencial que una exposición a una substancia tiene de provocar cáncer.

    «Las evaluaciones (con el mate) no indican el nivel de riesgo asociado con la exposición, es decir la posibilidad de que ocurra un cáncer teniendo en cuenta la exposición».

    Es por ello, que el IARC no pudo especificar cual es el nivel de riesgo del mate.

    Lo único que se sabe es que hay algunas evidencias de asociación entre la aparición del cáncer de boca y de esófago con la ingestión de la bebida.

    De hecho, un estudio uruguayo de 1990 concluyó que el riesgo de cáncer de esófago se incrementaba 12 veces en personas que bebían 2,5 litros de mate por día; y otro estudio brasileño relacionó ciertas mutaciones de células del esófago con el consumo de la bebida.

    Sin embargo, Loomis dejó claro que estos eran estudios individuales y que se necesitaba más investigación para sacar conclusiones.

    Preguntada específicamente si el café y el té, dos plantas que también se toman mayoritariamente calientes y como infusión también son posiblemente cancerígenas, Loomis se limitó a definir que estas dos bebidas también fueron evaluadas en 1991 y dar su clasificación.

    El café se clasifica en el «Grupo B2″, es decir», «posiblemente cancerígeno para los humanos»; y el té se clasifica como «Grupo 3», es decir, «no clasificable sobre su capacidad de provocar cáncer a los humanos». EFE

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