¿Berrinches de bebés?

  • De recién nacidos existen los cólicos del bebé, a partir del año empiezan a revelarse las rabietas o berrinches y durante los ‘terribles dos’, estos alcanzan su máxima potencia.

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    ¿Qué hacés cuando tu hijo o hija se tira al piso con pataleos y llantos, cuando en el supermercado te pide algo  y le decís que no? En el blog del sitio especializado de Baby Center una bloguera nos cuenta cómo sobrellevar esta situación con los hijos.

     

    «Con mi hijo mayor tuvimos los ‘incontrolables tres’. Mi bebé tiene nueve meses y por un momento pensé que se me saltó directo a los ‘terrible dos’, por sus berrinches por doquier», relata Mayra Elisa.

    «Bueno, al menos así creo que le denominarían a los episodios de reacciones extremas cuando alguien se lanza al piso (o en cualquier superficie) sin ningún motivo, llora sin consuelo, frunce las cejas y por más técnica o método que utilices para lograr la calma, nada funciona», añade y continúa:

    El fenómeno de las rabietas en la infancia

    Los expertos sugieren que a partir de los 12 meses un niño es capaz de presentar berrinches. Sería una torpeza pensar que lo hacen para sacarnos de nuestras casillas o porque les da la gana. Hay que entender que un niño aún no sabe manejar sus emociones. En plena evolución de autoconocimiento y autocontrol, tanto el como nosotros, estamos aprendiendo.

    Pero, ¿qué sucede cuando tu bebita de nueve meses, la sonrisa de tu vida, un angelito al dormir, y de llanto sutil empieza a demostrar un temperamento inesperado, un mal genio?

    Créanme cuando les digo que una bebé de nueve meses es capaz de agitar su cabeza tan rápido que puede pegarte sin querer y hacerte sangrar, y que además su reacción emocional la puede llevar a un intento de tirarse al piso y llorar y llorar sin nada que le calme. Pero hay que saber diferenciar entre una rabieta y un enojo u otro descontento.

    ¿Qué le pasa a mi bebé?

    Si todas sus necesidades básicas están atendidas, ¿cómo es posible que mi bebé sienta frustración o sufrimiento? Más al punto, ¿qué le paso a mi bebita risueña? Y para agregar más a la confusión, ¿un bebé puede ser berrinchudo?

    Sospecho que los movimientos bruscos, los puñitos de enojo y el llanto inconsolable de mi bebé se deben a tres cosas, dependiendo de la situación: falta de paciencia, incomodidad y/o estrés.

    A veces en su sillita del auto empieza a llorar a todo pulmón, agita su cabecita de adelante hacia atrás como queriéndose salir. Más de una vez he tenido que detener el auto para sacarle de su silla aunque aparentemente no se deba a incomodidad, sino porque no quiere estar en la silla y punto.En la ocasión que hizo que mi labio sangrara, me golpeo con su cabecita porque la agito en un descontrol. Ah, claro, es que la nena quería el juguete de su hermano y lo quería ya.¿Y quién no se estresa cuando le cambian el pañal o le quieren vestir? O más aun, cuando sientes impotencia. Así le pasó cuando veía unos juguetes que no lograba alcanzar aunque gatera hacia ellos y fue cuando casi se tira al piso.

    Un bebé no tiene control de sus emociones, pero a veces tampoco tiene el control de elegir lo que quiere, lo que le gusta o no. Desde mi punto de vista mi bebita preferiría andar sueltita y sin pañal y jamás ir en su sillita del auto. Ella es muy brillante como para tener una vida sedentaria. Ella quiere ser la protagonista de su historia y su persistencia y energía solo señalan grandes cosas por venir y no tan agradables.

    ¿Qué me pasa a mí?

    Episodios desenfrenados como los que hemos vivido con mi bebé hacen que me cuestione mis habilidades como madre. Pero mi afán por entender a mi bebé, sus pensamientos y necesidades, es más grande que la confusión que causan estas altercados.

    Me rehusó a decir que mi bebé es una berrinchuda. Acojo el término ser humano, y como tal estoy consciente que siente y piensa. Mi bebé a veces se molesta cuando le cambio el pañal, o empieza a llorar precisamente cuando estoy pagándole a la cajera o alguien me llama por teléfono. Pero mi bebé no es berrinchuda, ¡mi bebé es un ser humano maravillosamente expresivo!

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