Louis Vuitton actualiza el Art Decó con la funcionalidad del XXI

El diseñador de la línea de hombre de Louis Vuitton, Kim Jones, aseguró inspirarse en la «emblemática imagen de París como centro mundial de arte, cultura y moda«.

La elegancia de los mejores sastres llegó a la pasarela cargada de gabardinas, abrigos de pelo, trajes y jerséis estructurados con estampados gráficos.

Foto: EFE
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Louis Vuitton propuso actualizar el estilo de principios de siglo XX con la funcionalidad del XXI en prendas reversibles y pantalones vaqueros en una versión renovada y lujosa, propia de la marca.

Azul marino, gris, verde caqui y toques de luz que se mostraron en distintos tonos de marrón, la apuesta para el próximo invierno de la Maison francesa, en la que no faltó el famoso «Monogram», el estampado más conocido del mundo del lujo.

Este ya icónico símbolo fue el centro de esta colección no solo en accesorios, como bolsos y cinturones, el Monogram, así como otros logos de la firma, también impregnaron cazadoras y chaquetas.

Además, Vuitton ofreció bolsos útiles: bolsos especiales para cámaras, carteras y mochilas, fáciles de combinar, mientras que en los zapatos se llevarán las botas militares y los Oxford con suela gruesa para los días más fríos del invierno.

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En un estilo completamente distinto, Issey Miyake sigue demostrando que el diseño requiere, sobre todo, ser cómodo.

Amplios pantalones contrastaron con apretados conjuntos de algodón similar a las mallas que portan los ciclistas, combinadas con abrigos largos y chaquetas también de inspiración deportiva.

Una colección divertida donde los colores invernales, tales como berenjena o gris oscuro, alternaron con zapatos de piel en naranja, así como trajes estampados también en tonos muy vibrantes.

Para el día a día, Miyake propuso jerséis estampados en la parte de arriba y pantalones de punto, también con grafismos, que crean un trabajado juego de texturas.

Los trajes estaban cargados de aires asiáticos, como no podía ser de otra forma, y los cuellos mao resaltaron en las camisas por debajo de las chaquetas.

En los accesorios, los modelos lucieron carteras de mano confeccionadas en telas en naranja, la apuesta de color para 2017 de Miyake.

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El diseñador Rick Owens creó una pasarela de luz en los sótanos del moderno Palais de Tokyo, que se llenó de los invitados más alternativos del mundo de la moda.

Los modelos desfilaron rapados o con medias melenas engominadas en un estilo muy gótico, algunos incluso pintados con la cara de blanco y los ojos de negro, lo que hizo recordar al controvertido cantante Marilyn Manson.

No es de extrañar, pues Owens siempre relaciona sus espectáculos con las estrellas más polémicas.

Largas gabardinas en color marrón, abrigos de pelo superpuestos y alguna que otra chaqueta en piel más discreta, destacaron entre afeminados trajes con chaqueta corta y pantalón de campana y monos sin mangas bicolor, en blanco y negro o, de nuevo, marrón y naranja.

Tan solo un poco de blanco para acompañar una línea de vestuario oscura, rica en texturas, volúmenes y un deje setentero para el hombre con clase, pero arriesgado e innovador, que se atreve con todo.

La próxima jornada de moda masculina estará marcada por la presentación de Loewe, que introduce su nueva colección esta vez en el calendario ‘off’, frente a Maison Margiela y Givenchy. EFE

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