Las raíces latinas resuenan en París

  • Amparados bajo el paraguas de la iniciativa de promoción de la moda estadounidense «Americans in Paris», aterrizaron en la Semana de la Moda de París los creadores de origen latino Alejandro Ingelmo, George Esquivel y Ramón Martín.

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    Ingelmo pertenece a la cuarta generación de zapateros de una familia que abandonó el pueblo salmantino de Berrocal de Salvatierra para instalarse en Cuba, desde donde emigró tras la Revolución a Estados Unidos, tierra que le vio nacer.

    «Llevo el calzado en la sangre», confesó a Efe este diseñador, que perfeccionó en la famosa escuela de diseño Parsons de Nueva York un oficio que le había enseñado su padre.

    La firma que lleva su nombre es el resultado de una trayectoria que se remonta al bisabuelo salmantino que confeccionada zapatos a mano, de quien tomó el testigo su hijo al abrir en Cuba una fábrica de calzado para hombre que, según hizo notar el joven creador, llegó a ser la mayor de la isla.

    El hecho de que Alejandro Ingelmo haya sido seleccionado para participar en esta iniciativa del Consejo de Diseñadores de Moda de Estados Unidos (CFDA) y del Vogue Fashion Fund es la prueba de que la marca de históricos orígenes ha conseguido adaptarse a los nuevos tiempos.

    Su producción, disponible en España tanto en Madrid como en Marbella, abarca calzado de hombre y de mujer. De esta línea femenina se pudo observar una muestra en el «showroom» instalado en la calle Valois, junto a los jardines del Palais Royal de la capital francesa.

    Las sandalias abiertas en la puntera y el talón, con el empeine cubierto hasta la parte superior del pie, fueron algunos de los modelos más llamativos, junto con otro que abrazaba el pie con formas de pétalos de flor abiertas en el centro.

    «Hay mucho blanco y metálico claro», dijo Ingelmo sobre una temporada en la que ha optado por «mucho calzado plano» porque considera que «no por ser más alto es más sexy».

    George Esquivel también se dedica al calzado, aunque su estilo nada tiene ver con el de su compañero de «Americans in Paris», como pudo comprobarse en la presentación de su colección, que tilda de «muy casual».

    «Todo está hecho a mano» explicó el diseñador estadounidense, descendiente de mexicanos, que comenzó en el sector porque quería hacerse calzado para él mismo.

    En sus diseños para la próxima temporada de calor se repite el «leitmotif» de la lengüeta de piel, en un color diferente al del empeine, que se sujeta como adorno gracias a un cordón de algodón.

    Los zapatos Oxford abiertos en la parte trasera fueron otra novedad de Esquivel, quien pasó de tener que compaginar al principio de su carrera su pasión por la moda con la conducción de camiones de reparto, hasta llegar a firmar una colección cápsula para Tommy Hilfiger.

    Detrás de la firma neoyorquina Tome se esconden los diseñadores australianos Ramón Martín, hijo de un bilbaíno y una italiana, y Ryan Lobo, de orígenes portugueses.

    Sus propuestas para el verano incluyen piezas como largos vestidos plisados de seda, unas amplias y elegantes bermudas amarillas y una falda de encaje.

    Martín y Lobo estudiaron juntos en la Universidad de Tecnología de Sydney, pero tuvieron que pasar quince años durante los que el diseñador de origen español trabajó en Europa para firmas como Jean Paul Gaultier, antes de fundar Tome.

    Desde el País Vasco, la familia de Martín sigue la trayectoria profesional de este diseñador instalado en Nueva York. «Les encanta», confesó con orgullo. EFE/ Mercedes Álvarez

     

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