Carmen March, inspírada en la posguerra ochentera

  • La mujer de Pedro del Hierro Madrid en la Semana de la Moda de Nueva York llega como la protagonista de la novela de Laforet: con la ilusión de dejar atrás una época de miseria.

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    Detonada por la novela «Nada» (1944), de Carmen Laforet, la colección otoño/invierno del español Pedro del Hierro fue presentada en Nueva York y su diseñadora, Carmen March, apostó por una ruptura del eje temporal conectando el «look» de posguerra con los volúmenes ochenteros y con restos minerales de malaquita.

    La mujer de Pedro del Hierro Madrid en la Semana de la Moda de Nueva York llega como la protagonista de la novela de Laforet: con la ilusión de dejar atrás una época de miseria.

    «Creo que esa situación de la posguerra conecta con lo que pasa ahora, con una España que lleva unos años duros y por fin se atreve a creerse que todo va a ir mucho mejor», asegura a Efe la diseñadora mallorquina.

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    March encontró la inspiración en las primeras páginas de ese libro «que todos hemos leído en el instituto y que entonces no entendíamos nada», y que, releyendo ya de adulta, hizo reaccionar su creatividad, trasladando el existencialismo a sus diseños y convirtiendo el retrato de una época en un discurso eterno.

    En los volúmenes, ésto se refleja en las prendas más invernales en un marcado «oversize», que da una vuelta «chic» a esa sensación de llevar un abrigo prestado. El tweed, el potro y el cuero sirven para testificar los últimos restos de la miseria.

    Y estampados tan añejos como el cuadro o el pata de gallo aparecen deconstruídos en varios volúmenes, ampliados hasta el «total look» que salpica incluso las botas, realizando esa conexión entre dos épocas separadas por cuatro décadas que para March se encuentran indudablemente en el ciclo del estilo.

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    «Los años 40 se conectan en proporciones perfectamente con los 80. Por eso hay mucho trabajo de cintura para arriba, con siluetas muy fuertes, y para abajo la siluetas son más relajadas», precisa esta diseñadora, quien busca el elemento común de las hombreras y alumbra la esperanza por la vuelta al esplendor desde los materiales plateados y un glamour tímido pero indudable.

    Con formación académica en Geografía e Historia, March empezó su carrera al calor de Duyos & Paniagua, Javier Larrainzar y llegó a hacer tándem con Juanjo Oliva. A las órdenes de Pedro del Hierro Madrid, March reconoce que siempre «el punto de partida es el archivo de la casa», pero a partir de ahí ella pone su toque de distinción.

    Este brilla gracias a una de sus señas de distinción. «Mi superestampado de malaquita, que me encanta. Es mi obsesión personal desde hace años. Toda la noche está inspirada en esos materiales del norte de España, que están debajo de las montañas», explica para justificar la explosión mineral de una colección que no se afilia a los colores vivos.

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    Dos monos gemelos, uno en malva y otro en verde, son testigo de esta obsesión y se alzan como representantes de cómo, frente al material de abrigo grueso, «los tejidos cerca de la piel más delicados», asegura.

    Sedas, cachemira y lamés plisados crean el calor como una segunda piel, que tan pronto se abre hacia un generoso escote en uve hasta la cintura como se cierra hasta convertirse en un cuello vuelto.

    Y así, desglosando esa «Nada», Pedro del Hierro Madrid asciende a la programación oficial de la Semana de la Moda de Nueva York, en una jornada en la que desfilan Rebecca Minkoff y, aunque de manera paralela, uno de los más esperados: Jason Wu. EFE

    Fotos: EFE

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