Implante de senos, diez cosas que debes saber

  • Verse atractivas, deseadas y hasta generar cierta envidia son algunos de los parámetros que llevan a las mujeres a querer aumentar el tamaño de sus bustos sin conocer algunos consejos útiles antes de realizarlo.

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    Hoy en día en cuestión de belleza podemos decir que la mamoplastía es una de las intervenciones estéticas más demandadas por las mujeres y que en pocas horas y días la mujer ya vuelve a su vida normal sin contratiempo alguno.

    Es verdad que las técnicas han evolucionado y que las clínicas están mucho más equipadas hoy en día, es por eso que las operaciones de calidad tienen un costo elevado y que la mayoría de las mujeres optan por pagar más para obtener algo de calidad.

    Remodelarse el pecho no es cualquier cosa; toda transformación de la apariencia física tiene consecuencias psicológicas sobre la persona. Y es que según un estudio llevado a cabo por una publicación estadounidense sobre epidemiología, las mujeres que se han sometido a un aumento de pechos por motivos estéticos tienen el triple de riesgo de suicidio. Entonces, esta es una decisión que no debes tomarla a la ligera.

    Pero someterse al bisturí no es como ir al dentista, hay pautas que debes de conocer y que los expertos del centro Policlínica Barcelona han publicado mediante un decálogo de consejos para que tomes la decisión correcta:

    1.- Ser consciente de los posibles riesgos. Entrar a quirófano significa hacer frente a una mínima posibilidad de riesgos. La mamoplastia es una de las operaciones más fiables, hoy en día, pero por efímeros que sean cabe conocer sus posibles complicaciones. Por ello, se recomienda acudir a los centros que ofrezcan más garantías de éxito y que asesoren e informen al completo al paciente desde el minuto cero.

    2.- Acudir a una buena clínica. Aunque parezca obvio, los expertos apuntan que muchas mujeres miran antes el costo que la eficiencia del centro, llegando a acudir a clínicas que no están suficientemente preparadas. Ante una operación de este tipo, el precio de la intervención debe quedar en un segundo plano, y prestar atención a la calidad del servicio y a las garantías del lugar.

    3.- Elegir un cirujano experimentado. Similar al punto anterior, es necesario ponerse en manos de una persona altamente cualificada. No todos los cirujanos estéticos dominan la mamoplastia, así que se debe recurrir a un especialista en este campo. Este experto no solo debe saber realizar la operación, sino asesorar a la paciente del mejor resultado para ella y del tratamiento óptimo según su constitución y fisonomía.

    4.- Conocer las prótesis existentes. Fuera de los expertos, en general nadie domina el mundo de la mamoplastia ni de las técnicas existentes. Por ello, antes de someterse a ella es necesario conocer el terreno. Hoy en día hay varios tipos de prótesis y cabe encontrar la que mejor se adapte a las necesidades. Los profesionales apuntan que los modelos de gel de silicona cohesiva son los mejores. Su tacto es natural, logran la temperatura corporal y no se mueven de su zona de colocación. Además, permiten la reproducción y lactancia materna y la realización de estudios médicos mamarios, como ecografías o biopsias.

    5.- Material homologado y con garantía de seguridad. Las prótesis no solo deben ser de buena calidad, sino deben estar aprobadas por el Ministerio de Salud. Todo esto se debe solicitar a la clínica antes de la operación, del mismo modo que tras ella se debe exigir una tarjeta de identificación de los implantes con el número de registro de la prótesis. Esto garantizará su autenticidad.

    6.- Tener buena salud. Todo paso por el quirófano exige que la persona se encuentre en buen estado físico y emocional, para evitar que cualquier tipo de leve complicación pudiera agravarse.

    7.- Estar segura de una misma. La convicción es lo esencial. Antes de entrar al quirófano, la mujer debe ganar seguridad y ser consciente de que el paso que va a dar es porque quiere y porque supondrá una mejora en su vida. Los miedos deben quedar fuera.

    8.- Seguimiento previo imprescindible. Realizarse una mamoplastia no es asesorarse y fijar un día para la operación, sino que requiere de varias visitas con el cirujano o la cirujana para ir determinando todos los detalles y hacer un seguimiento médico de la paciente. Desde conocer los detalles de la intervención hasta hacer análisis de control. Todo ello garantizará el mejor resultado posible.

    9.- Fijar una buena fecha. La intervención es sencilla y no dura más de dos o tres horas, pero para evitar nervios es conveniente encontrar un buen hueco en la agenda. Además, cabe tener en cuenta que se necesitan dos o tres días de reposo intenso antes de volver a la normalidad. Así que se recomienda huir de semanas donde haya mucho trabajo, fiestas familiares o citas ineludibles. Una misma es lo primero en estos días.

    10.- Seguir un buen post-operatorio. Aunque se reciba el alta, la paciente debe seguir una serie de pautas y consejos para evolucionar correctamente. Estos parten desde las visitas rutinarias hasta la cura de las cicatrices en el hogar. Cabe ser constante con ello, aunque ya hayan pasado unos meses desde la operación. Los médicos asesorarán sobre cuál es el mejor programa de post-operatorio para cada paciente.

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