Cómo cuidar la piel grasa

  • La piel grasa necesita mucha atención y cuidados especiales. Para que el rostro no muestre tantos brillos y no se formen esos granos y espinillas tan molestos, la producción de sebo debe mantenerse a raya. Incluso si tenés la piel grasa, podés mostrar un cutis saludable si seguís una rutina adecuada de cuidados.

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    Las glándulas sebáceas se encuentran en la dermis y están directamente conectadas con los folículos pilosos. Si las glándulas sebáceas producen demasiado sebo, los folículos pilosos se llenan y se obstruyen, apareciendo los granos. El manto ácido natural de la piel pierde su equilibrio debido a la sobreproducción de sebo y, sin esta protección, las bacterias consiguen penetrar por los poros, haciendo que la piel se inflame.

    ¿Cómo sabemos si tenemos piel grasa?

    • Piel con brillos: el sebo es visible como película grasa que cubre la piel.
    • Poros de mayor tamaño: si la piel produce sebo en exceso, las paredes de los poros aumentan de tamaño de forma permanente.
    • Tez amarillenta: la piel grasa no tiene una buena circulación, por lo que suele adquirir un tono cetrino.
    • Granos en la zona T: la piel de la frente, la nariz y la barbilla suele ser la más afectada por las impurezas.

    Una limpieza exhaustiva es especialmente importante para quien tiene la piel grasa. Pero no uses jabón, ya que los jabones resecan la piel facial innecesariamente y, además, estimulan la producción de la grasa natural de la piel. Para lograr una mayor eficacia y eliminar los granos y las impurezas, lo mejor es usar productos específicos para el cuidado de la piel grasa.

    Consejos para una piel sin impurezas: cómo anticiparse a los granos

    • Evitá los factores irritantes: evitá el calor y las limpiezas abrasivas o agresivas, ya que la piel grasa reacciona con mucha sensibilidad a estas agresiones.
    • Retirá el exceso de grasa: los polvos mate y los maquillajes libres de aceites absorben el exceso de sebo de la piel facial. Si notas brillos no deseados en tu rostro, también podés usar un pañuelo de papel y retirar el exceso de sebo con suavidad.
    • Usá exfoliantes y mascarillas purificantes: podés eliminar las células muertas y la suciedad de tu piel de 2 a 3 veces por semana con un exfoliante suave y después tonificarla e hidratarla con una mascarilla.
    • Acudí a un salón de belleza: acudí periódicamente a que te limpie la piel un esteticista profesional. El aspecto de tu piel mejorará de forma duradera.
    • Cambiá tu alimentación y tus hábitos: un estilo de vida poco saludable, como fumar o sufrir de estrés, puede tener consecuencias negativas para el aspecto de tu piel. Seguí una alimentación sana y tomá muchos líquidos.

     

    Fuente: NIVEA

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