«Perder el peso no debe convertirse en una obsesión»

  • Aprender a comer: En busca del tipo perdido

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    Por Isabel Peláez.

    Madrid,  (EFE).- Los buenos propósitos no son exclusivos de la noche del 31 de diciembre, sino que el decálogo de prácticas saludables relacionado con el cuidado del cuerpo se extiende al mes de septiembre. Los excesos también han afectado a la dieta y, con la vuelta a la rutina, los kilos de más sobran.

    Una mayor ingesta de alcohol y el consumo a todas horas de refrescos, dulces y tapas propician una incipiente demanda otoñal de dietas y consejos para que el verano no sea el único que se quede atrás, sino también esos kilos tan poco estéticos.

    Desconocimiento nutricional

    “Tenemos  el paladar mal educado y nuestro ritmo de vida propicia el abuso de platos precocinados y comida rápida”,  explican los expertos

    Sin embargo, la pérdida de peso “no debe convertirse en una obsesión”, explica la directora de la clínica Adelgar, Victoria de la Puente. Los hábitos alimenticios “son erróneos”, advierte la experta, y ese desconocimiento nutricional no es precisamente estacional, sino que se debe a una “mala educación del paladar”.

    El truco de una buena dieta reside en que sea “equilibrada y variada“, recomienda el dietista Jorge Herráez. Los expertos coinciden en la conveniencia de realizar cinco comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena.

    El desayuno y la comida deben ser más copiosos, mientras que la cena y la merienda deben reducirse “a un yogur y una fruta”, explica Herráez. La cena se recomienda ligera, puesto que por la noche no se produce una quema de calorías tan acelerada.

    Las mejores aliadas de un buen tipo son las frutas, las verduras y el pescado, cocinado a la plancha o al horno. El ritmo de vida frenético que llevan los urbanitas impide que se cuide la alimentación y se abuse de los precocinados y de la comida rápida, aunque los expertos coinciden en que pensar en nuestra alimentación es la garantía de una vida “más duradera y saludable”.

    Imagen: EFE

    Imagen: EFE

    Objetivos reales

    “Las dietas milagro no existen y, además, son peligrosas para la salud”, advierten (…) la misión de perder peso en septiembre debe ser un propósito “alcanzable y duradero“, explica el dietista, para quien el problema es la “falta” de educación nutricional a la que se enfrenta la sociedad.

    La premura por perder peso no debe cegar hasta el punto de recurrir a dietas milagro que prometen resultados en una semana; los profesionales tienen claro que este tipo de seguimientos son “falsos y peligrosos para la salud“, así que recomiendan siempre una evaluación experta que determine una dieta personalizada e inocua.

    Una persona con sobrepeso posee un índice de masa corporal superior a 25 (se obtiene al dividir el peso en kilos entre la altura en metros al cuadrado), así que la normalidad oscila entre un índice 18 y un 25. “Hay personas que quieren adelgazar por moda y otras que lo hacen por una cuestión de salud”, según Herráez.

    El perfil del paciente ha variado en los últimos años, aunque el 70 % de las personas que acuden a la clínica Adelgar para perder peso “son mujeres”, afirma su directora. Sin embargo, se ha notado que los varones son cada vez más jóvenes y acuden también por estética, cuando lo habitual es que solo vayan al dietista “si el sobrepeso afecta a su salud”.

    Practicar ejercicio físico moderado, “sobre todo andar”, beber dos litros de agua al día y no saltarse ninguna de las cinco comidas recomendadas son los últimos consejos que apuntan estos expertos, y a los que se suma un requisito indispensable: “¡mucha paciencia!”

     

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