Hydrogym: Gimnasia divertida para todas las edades

  • Es una disciplina que ofrece bienestar en un medio amigable y ameno

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    Por Patricia Luján Arévalos

     

    Como te contábamos al principio, la hidrogimnasia nació en la década de los 80. En aquellos años, la gimnasia aeróbica cometía muchos excesos que hoy en día ya no se ven y el hydrogym fue la respuesta para aquellas personas que necesitaban seguir realizando ejercicio, pero ya no lo podían hacer con la misma intensidad que antes. Es así que los primeros que se decantaron por esta disciplina fueron exatletas, gimnastas o bailarines, ampliando de a poco el público a medida que se descubrían sus beneficios.

    “La hidrogimnasia ya se utilizaba un poco con hidroterapia y siempre se habló de los beneficios de los baños termales, pero se decidió unir la música y los ejercicios aeróbicos con todas las bondades que implica el medio acuático”, cuenta Rosana Acevedo, instructora de hydrogym.

    Saber nadar no es una exigencia para practicar esta disciplina, pues los ejercicios se realizan de pie en la piscina. Sin embargo, para ejercicios más específicos puede ser necesario utilizar piscinas más profundas, para lo que la hidrogimnasia contempla el uso de elementos como flotadores. Estos elementos cumplen también una función dentro de las rutinas de ejercicios ya que son el equivalente de las pesas dentro del agua.

    La primera parte del cuerpo que se ve beneficiada con la hidrogimnasia es la columna, principalmente en exatletas profesionales, bailarines y deportistas. Las clases son grupales y se utiliza música para realizar movimientos divertidos y efectivos que actúan contra la resistencia del agua. “La persona se siente cómoda porque el agua la sostiene. Tampoco está sudando porque la refresca, siente que está jugando, pero en realidad está entrenando, a veces, muy intensamente”, cuenta la instructora. Personas de diferentes edades pueden trabajar juntas en una clase sin ningún tipo de inconveniente.

    Dentro de la hidrogimnasia se hallan contemplados ejercicios diferenciados para cada grupo especial: ancianos, embarazadas, personas con lesiones, etcétera. Sin embargo, es imposible no observar que ancianos y embarazadas ven en este tipo de gimnasia una oportunidad casi incomparable de retomar la actividad física.

     

    hydro

     

    Beneficios

    El principal beneficio del ejercicio aeróbico en el agua es el fortalecimiento cardiovascular y la mejora general de la condición física. Las personas que sufren de afecciones respiratorias pueden recibir los beneficios de la hidrogimnasia sin necesidad de saber nadar ya que, según nos cuenta la instructora Rosana Acevedo, la simple compresión del agua a la altura del pecho ya produce un ejercicio mayor para los pulmones.

    Las personas que viven con artrosis en la parte inferior del cuerpo, principalmente las mujeres, ven inmediatamente un alivio en el dolor de las articulaciones. Esto se debe a que el cuerpo está sostenido por el agua y las articulaciones de rodillas y caderas no sienten toda la presión del cuerpo. “Su esqueleto está más liberado, sus articulaciones están menos comprimidas y por ello sufren menos dolor. También es un buen ejercicio para el adulto mayor, quien generalmente ya tiene los ligamentos acortados por la edad, porque se produce una relajación que favorece la flexibilidad”, asegura Rosana.

    La persona adulta, a medida que pasan los años, tiende a realizar movimientos más pequeños porque se van comprimiendo las vértebras debido a la deshidratación de los discos intervertebrales. La edad trae consigo que los tendones se acorten y se endurezcan, y la gravedad ocasiona que la mayoría de los adultos mayores se encorven hacia adelante. “En el agua, se procura que hagan ejercicios que desarrollen de nuevo la musculatura que ya no trabaja, lo cual obliga a tener una mejor postura. Entonces, mejorar la postura hace que los movimientos sean más amplios”, dice la instructora.

    “Una persona que tiene mucho sobrepeso puede trabajar mejor en el agua porque va a poder desplazarse, saltar, caminar, con su peso disminuido y, por ende, con el impacto del ejercicio disminuido”, nos explica. Fuera del agua, el profesor propone rutinas que los alumnos deben seguir.

    El hydrogym también está indicado para personas que están pasando por una etapa de depresión o con depresión patológica. Las personas que sufren de fibromialgia gozan de un alivio automático de los dolores porque el contacto con el agua produce un masaje en todo el cuerpo, por lo que pueden realizar ejercicios sin las molestias de su condición. La hidrogimnasia produce drenaje linfático y las piernas se ven particularmente beneficiadas, algo muy importante para diabéticos y personas con várices.

    Las clases consisten en media hora de ejercicio aeróbico corrido, pero luego se ejercitan los abdominales con ayuda de flotadores, y ejercicios localizados en piernas y brazos con la ayuda de tobilleras con peso y mancuernas para aumentar la resistencia en el agua.

    En total, las clases tienen una duración de una hora; sin embargo, como no hay contraindicaciones, una clase particular puede llegar a durar hasta un par de horas más. “En una clase intensa, podés quemar 800 calorías si realizás todo lo que propone el instructor”, asegura Rosana Acevedo. Todo depende de la frecuencia e intensidad de las clases.

     

    “¿Te interesa el hydrogym? Acercate al Instituto Randall o llamá al teléfono 021 204-895 y preguntá por los cursos que dicta la profe Rossana Acevedo de Zavala. También podés hablar directamente con la profe al teléfono (0981) 550-077.”

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