Es el paso previo a la crema hidratante pero a veces lo usamos sin saber muy bien cuáles son sus verdaderas propiedades.
El sérum comenzó siendo un cosmético que se utilizaba a modo de potenciador antiedad. Su textura líquida permite que penetré más fácilmente en la piel, siendo el doble de eficaz con poca cantidad.
Pero, ¿Qué es en realidad? Se trata de un suero con aproximadamente el doble de concentración de activos que una crema y cuyos resultados se multiplican y se hacen visibles en menos tiempo.
Cuándo y cómo aplicarlo: Debe aplicarse tras la limpieza diaria, por la mañana y por la noche, justo antes de cualquier otro tratamiento.
¿Sirve para todo el mundo? Sí. El sérum comenzó con un objetivo antiedad; ahora, su especificidad lo convierte en multitarget. Lo hay en hidratante, antimanchas, iluminador, para pieles acneicas, etc.
¿Sustituye a la crema? Depende de cómo sea tu piel y, por ende, de lo que necesite. Si es grasa o normal, un sérum puede resultar suficiente.
Con la piel seca, en cambio, pedirá un complemento de agua y lípidos en forma de crema que, además, sellará los activos del sérum para que tarden más en evaporarse.
Fuente: Vanitatis.