- marzo 24, 2020
Muchas son las bacterias que viven en el habitáculo, un espacio donde pasas mucho tiempo y que además suele compartirse. Una buena limpieza es clave para prevenir contagios
El habitáculo de un vehículo suele ser uno de los espacios donde se pasan más horas del día, luego de los hogares o los lugares de trabajo. Muchas veces, además, compartís ese espacio con otras personas y no siempre conseguís tiempo necesario para una limpieza sistemática. Así, el interior se convierte en un lugar perfecto para la proliferación de bacterias y otros microorganismos.
En tiempos de extremo cuidado como los que demanda el coronavirus, además tomar las medidas preventivas (quedarse en casa, lavarse las manos y taparse la boca con el codo al estornudar o toser), el interior de los autos también debe limpiarse y desinfectarse minuciosamente.
Lo primero que debes hacer es aspirar profundamente todo el habitáculo para remover y eliminar tierra, arena, polvo, pelos y toda suciedad, tanto en alfombras como en los tapizados de los asientos. Las alfombras de goma, las más fáciles de limpiar, sacañas para lavar con agua –y jabón- a presión. Luego volvé a colorar recién cuando estén totalmente secas. Pero si las alfombras son de tela hay que hacer doble tarea: primero pasales un cepillo de cerda para sacarles la suciedad y luego aspiralas muy bien. Si las manchas aún persisten, repetí el procedimiento con un cepillo húmedo y luego dejá secar.
Las manijas de las puertas, la palanca de cambios, los distintos comandos y los cinturones de seguridad son los puntos donde se intercambian más fácilmente los gérmenes. Por lo tanto, antes de subirte al vehículo resulta primordial limpiate bien las manos con líquido desinfectante –alcohol en gel, por ejemplo- y pasale el mismo producto también al volante, la palanca de cambios y el freno de mano. Realizá lo mismo al salir del vehículo y antes de entrar a casa, menciona el portal Infobae.
Por lejos, la pieza más sucia del auto es el volante: en comparación con otros objetos, su superficie es seis veces más sucia que la pantalla del teléfono celular, cuatro veces más que un inodoro público, y dos veces más que los botones de un ascensor público. Desinfectá siempre que sea posible.
Pero también es necesario mantener limpia la superficie frontal del tablero y la consola de instrumentos, porque allí existen espacios muy pequeños que acumulan polvo, y por lo tanto gérmenes. Como no suelen ser fáciles de limpiar, lo mejor en esos casos es usar un pincel de cerda suave, que no dañe superficies, y una aspiradora con cabezal pequeño para retirar el polvo de las rejillas de ventilación. Luego repasá la superficie completa con un paño suave con líquido limpiador. Cuidado con los aerosoles: no abuses de ellos porque pueden dañar los comandos eléctricos.