- julio 2, 2019
Preparar la comida para los niños no es tarea fácil: debemos encontrar el equilibrio entre lo rico y lo nutritivo.
Cuando armamos una vianda para los niños, en todos los casos las elecciones deben tener hidratos de carbono y proteínas. También es necesario incluir frutas y verduras y no olvidarnos de la hidratación a través de bebidas como agua y jugos.
Es importante lograr platos atractivos a la vista con variedad de colores, formas y texturas. Los colores de los diferentes alimentos muchas veces están determinados por los nutrientes que poseen. Por eso, cuanto más colorido sea el plato, mayor variedad de nutrientes tendrá.
La licenciada Natalia S. Echegaray, nutricionista de Molinos Río de la Plata, recomienda algunas opciones ricas y saludables para tener en cuenta:
1- Lunes: Sándwich de carne, pollo o atún con verduras o sándwich de ensalada primavera con queso blanco.
2- Martes: Tortilla de verduras o de papa.
3- Miércoles: Ensalada de arroz, atún y vegetales o arroz primavera con trocitos de queso fresco.
4- Jueves: Tirabuzones tricolor con salsa de tomates liviana y queso rallado.
5- Viernes: Patitas de pollo o vegetales con ensalada jardinera o panchos con puré de colores.
Otras propuestas para alternar:
6- Fajitas de vegetales con pollo o carne.
7- Salchichas con puré de calabaza y espinaca.
8- Ensaladas con pastas y vegetales frescos.
9- Arroz con trocitos de queso, choclo, pimiento, tomate.
10- Pizza de vegetales.
Cuidados y consejos útiles
* Hacé un desayuno más fuerte de lo habitual y mandá a los chicos con algún alimento para media mañana.
* Acompañá cada vianda con una bebida, que puede ser agua o jugo.
* Incluí un postre: fruta fresca, ensalada de frutas, yogur (le podés agregar semillas y frutas secas), flan o gelatina con frutas.
* Tené en cuenta las condiciones de conservación y calentamiento. Incluí una pequeña tableta de hielo para que los alimentos aguanten bien durante la mañana. Además, seleccioná productos que se conserven bien sin frío.
* Evitá los alimentos crudos o poco cocinados, así como los huevos, lácteos o pescados, que tienen más riesgos por una inadecuada conservación. En su lugar, optá por carnes bien cocinadas, pastas o verduras.
* Tratá de incluir legumbres. Si tu hijo no va a tener opción de calentarlas, podés prepararlas en forma de ensaladas.
* Agregá siempre a cualquier alimento unas gotitas de limón o vinagre. Permiten acidificar el medio y reducir el riesgo de contaminaciones.
* Recalentá la comida en el microondas una sola vez. Si se recalienta, existe el riesgo de que se reactive cualquier pequeña contaminación que pueda existir.
* Y recordale siempre a tu hijo… ¡Hay que lavarse las manos antes de comer!