- mayo 25, 2017
Como fundamento principal, es importante definir cuál es el grupo de colores que hacen que una persona se vea más bonita, (a través de un análisis del color personal) y después pensamos que colores quedan mejor con esas primeras.
Para definir un color, no sólo basta con que sea acorde a nuestro color de piel, ojos, y cabello natural, también es importante identificarnos con ese color.
Si mi personalidad, y lo que quiero transmitir no van con el color rosa, es mejor optar por aquel color que si nos identifique y proyecte lo que queremos lograr, por eso, no existen colores de moda, sino aquellos que van con cada persona.
Así, escogiendo a lo largo de la vida piezas de colores que tengan que ver con nuestra esencia, vamos construyendo un ropero coherente, en que todo combina con todo.
Para empezar a identificar, los colores que tenemos en el ropero y planear futuras adquisiciones hagamos un pequeño ejercicio:
Con una libretita y bolígrafo vamos hasta nuestro ropero, y comencemos a hacer una lista de las partes de abajo y las partes de arriba que hay allí, en otra lista paralela separemos los colores neutros de los más coloridos.
Tipo (12 partes de abajo, 8 en colores neutros, 4 en tonos vivos, 20 partes de arriba, 18 en colores neutros, 2 en tonos vivos). A este ropero le faltarían partes de arriba en tonos vivos y la dueña podría programar sus próximas compras para salirse mejor que encomienda!
Esto sería consumo consciente, racional e inteligente.
Este análisis podría también continuar en piezas de frío o calor, colores claros y oscuros, lisas o estampadas, formales e informales… todas direccionan a construir un ropero funcional, además de muchas ideas nuevas de coordinación.
Sólo es cuestión de organizarnos, y que mejor que un fin de semana largo para ordenar nuestro ropero, no porque la ropa sea lo más importante, sino porque al organizarnos, podremos disfrutar más, y mejor de lo que realmente importa.
Pensemos siempre que toda pieza de ropa que tenemos en el ropero o que queremos comprar, debería rendir al menos tres looks diferentes. Eso quiere decir que cada pieza debe combinar si o si con otras tres piezas de ropa que ya tenemos.
Esto hace sentido a, que poco vale la pena tener tres básicas blancas, o tres jeans, o mucho de cualquier prenda, no vale repetir sino de crear looks variables y versátiles. Este es el secreto de un ropero que funciona.
Recordemos siempre que: menos es más.