La ropa comunica quiénes somos, y también lo que vistamos podrá ser usado para transmitir un mensaje no verbal sobre nosotras, sin embargo creo que no existe vestido en el mundo que pueda sostener a una mujer cansada, triste, o sin la energía para llevar lo que viste.
Por eso, más allá de la ropa, considero que para que cada una de nosotras realce lo mejor que tiene, debe buscar la armonía entre alma, cuerpo y ropa. Entonces esa vieja frase que dice que debemos pensar antes de hablar, también vale para pensar antes de vestir para comunicar lo que queremos.
Lujo de los lujos en estos tiempos sería tener mucho tiempo para arreglarnos, pero hoy como mujeres, mamás, esposas, hijas, amigas, y profesionales tenemos poco tiempo para probarnos todas las ropas que vemos dentro del guardarropa.
Pero, sí podemos organizarnos mejor. Una súper ayuda es ejercitar la selección de que ropa queda bien con qué desde el día anterior, mientras manejemos, estemos bajo la ducha, o nos estemos preparando para dormir, podemos revisar mentalmente las actividades que tendremos al día siguiente, y ejercitarnos (tipo ejercicio diario) que con la práctica nos irá cada vez mejor.
Tampoco cuesta prever, sabiendo de la agenda del día a día, que llevar para facilitar la vida. Un saquito extra, unos zapatos bajos, o accesorios para incrementar al look al final del día si tendremos un encuentro con amigas, o una reunión de la oficina.
Revisar nuestras carteras un día antes ayuda a olvidarnos menos detalles y mantener todo organizado. Especialmente si vamos a cambiarla, vamos a evitar eso que nos pasó a muchas: “Dejé en la otra cartera”
Otro aliado de la elección del look el día anterior es el clima, antes de dormir, mientras revisamos el celular y nos enteramos de lo que pasó en el día, podemos revisar si va a hacer frío, va a llover, o seguiremos con el calor de siempre.
Elegir la ropa el día anterior, no porque la ropa sea lo más importante, sino para que nos quede tiempo de disfrutar más de nosotras mismas, y que con cada día que comience, tengamos tiempo de escucharnos más, mirarnos al espejo sin apuro, vestirnos con una música que nos toque el alma, y salgamos de casa sonriendo, seguras de que está todo en su lugar, porque no hay ropa en el mundo que pueda sostener la paz que llevamos dentro, si no la hay.