La Navidad no tiene por qué ser repetitiva. Una experta brinda unas sencillas sugerencias para vivirla y disfrutarla de una forma más novedosa y enriquecedora, con la pareja, los amigos, la familia, la sociedad, los compañeros de trabajo o estudio, los vecinos, con nosotros mismos… un consejo y un beneficio.
¡Otra vez lo mismo! Cuando llegan las fiestas, algunos lo piensan y otros lo dicen, ante la perspectiva de repetir una vez más los encuentros, actividades y rutinas de la Navidad del año pasado, sin apenas cambios.
Pero hay otra opción: dotarlas de nuevos contenidos con actitudes que estimulen el bienestar psicológico y despierten emociones positivas, tanto en nosotros mismos, como en aquellos con quienes las compartimos.
La psicóloga Marta García Martínez, del Instituto Avanza de Innovación en Psicología y Coaching, traslada a Efe una serie de consejos para vivir la Navidad, el Año Nuevo y los Reyes, de una forma diferente y con “energía positiva”.
Con nuestra pareja
“Podemos comprar un calendario de adviento (de madera con cajoncitos o los típicos de cartón, con ventanitas que se abren cada día) y que cada miembro de la pareja elija los días pares o impares para poner un mensaje para el otro, que leerá cuando abra la ventana del día que le toque”, sugiere García.
“Los mensajes pueden ser frases de cariño, planes para realizar juntos, recuerdos de situaciones vividas, etcétera”, añade.
Los beneficios
“Con esta actividad estamos fomentando la ilusión en pareja y la motivación por hacer cosas juntos, y el componente sorpresa de “qué me tocará hoy cuando abra la ventana del calendario, lo hace más emocionante”.
“Nos permite también expresar sentimientos que muchas veces, con las prisas del día a día, no nos paramos a compartir con la otra persona. Es una actividad divertida y enriquecedora al alcance de todos los bolsillos”, destaca García.
Con los compañeros de trabajo o estudio
El consejo
“Podemos cambiar la típica cena navideña por una actividad lúdica de grupo, como el ‘paintball’, o los ‘juegos de escape’ (muy de moda) en los que hay que ponerse de acuerdo con el grupo para adivinar la estrategia que nos permitirá salir de la habitación donde estamos”, propone esta psicóloga.
Los beneficios
Según García, “además de pasar un rato divertido con nuestros compañeros, este tipo de juegos fomentan la cohesión y la cooperación grupal y nos ayudan a despejar la mente de la tarea común, ya sea el trabajo o los estudios y a conocernos más, viviendo otro tipo de experiencias”.
Con nuestros amigos
El consejo
“En las vacaciones navideñas podemos proponer un viaje en grupo a una casa rural en la montaña o algún destino que nos apetezca conocer, o una reunión en la que cada uno aporte fotos y vídeos de cuando éramos pequeños y verlos juntos mientras merendamos para recordar viejos tiempos”, sugiere.
Los beneficios
“Cambiar los atascos y las prisas por la naturaleza siempre viene bien y nos ayuda a desconectar del día a día y reponer fuerzas para el nuevo año, además de disfrutar de unos días entre amigos en medio de estas fiestas que suelen ser más familiares”, destaca.
Además, añade,“recordar nuestra niñez da pie a hablar de nuestras vidas y a compartir cosas de las que no solemos charlar. Cuanto más sabemos del pasado de una persona, mejor entendemos su presente. Será una experiencia de la que saldremos más unidos”.
Con la sociedad
El consejo
“Podemos hacer una labor solidaria, sugiriendo a los pequeños de la casa que pidan en su carta para los Reyes Magos o Papá Noel, un juguete para los niños que no tienen y aprovechar las fiestas para ir a una ONG a llevar el juguete que los Reyes hayan traído para ellos”, recomienda García.
Los beneficios
Para esta psicóloga, esta iniciativa ayuda a los niños “a tomar más consciencia de la realidad que viven otros pequeños, fomentando la empatía y la solidaridad. Por otro lado les ayuda a aprender el valor que tienen las cosas y a valorar la suerte que tienen de poder vivir de forma acomodada”.
Con nosotros mismos
El consejo
“Vamos a conectarnos con el niño que llevamos dentro. Podemos mirar una foto de cuando éramos pequeños para que nos sea más fácil imaginar a nuestro niño interior. Después, vamos a preguntarnos qué es lo que más le ha faltado este año a ese niño que fuimos, para poder regalárnoslo estas fiestas”, propone García.
“Si debido a todo el trabajo y el estrés que hemos tenido, nuestro niño interior ha necesitado un descanso que no le hemos podido dar, vamos a regalárselo. Si, por el contrario, le ha faltado diversión, vamos a ocuparnos de organizarle un plan divertido con amigos”, añade.
Los beneficios
Según esta psicóloga, más allá de las interminables listas de propósitos que solemos hacer para el Año Nuevo, este ejercicio es algo concreto y potente que nos va a ayudar a detectar y cubrir nuestras necesidades.
“Aprender a conectarnos con nuestro niño/a interior y detectar qué necesita es uno de los temas que más se trabaja en la práctica clínica”, enfatiza.
Con nuestra familia
El consejo
“¡Podemos acompañar o sustituir el regalo que vamos a hacer a nuestros familiares (hijos, padres, hermanos) en las fiestas navideñas por una tarjeta que exprese algo que nos gustaría decirle, por ejemplo algo que haya hecho este año y de lo que nos sentimos orgullosos, algo por lo que estemos agradecidos o un reconocimiento de lo importante que es para nosotros”, sugiere esta experta.
Los beneficios
Según García, “a todos nos hace ilusión recibir presentes, pero si además van acompañados de mensajes personales de alguien que nos quiere, nos hace sentir únicos y especiales para esa persona”.
Con nuestros vecinos
El consejo
Esta psicóloga del Instituto Avanza propone una actividad inusual, pero divertida, destinada a nuestros vecinos: “retomar los christmas navideños para felicitar las fiestas y dejarlos en los buzones de esas personas que vemos casi a diario pero que, en muchos casos, no sabemos sus nombres ni sus teléfonos”.
Según García, puede ser mensajes del tipo “tu vecina del 6º te desea una Feliz Navidad”, o más personalizados en función del tipo de relación que tengamos con ellos y, además, podemos involucrar en la actividad a los más pequeños de la casa y realizar las tarjetas de felicitación de forma artesanal en lugar de comprarlos”.
Los beneficios
“Con esta actividad seguramente saquemos una sonrisa a nuestros vecinos y nos ayude a romper las barreras que, a veces, la vergüenza nos hace colocar. También nos sirve para estrechar lazos o conseguir una relación más fluida”, concluye García.