- marzo 17, 2014
La sexóloga Alejandra Rampolla explica sobre las posiciones que más favorece al disfrute femenino.
Las mujeres, ¡arriba!
Cuando la mujer se encuentra encima del hombre puede controlar el ritmo y el ángulo de penetración (estimulando así su punto G), y tanto él como ella tienen acceso libre y fácil al clítoris para estimularlo con las manos. Además, para mayor placer, también se pueden incorporar algunas variantes súper hot: la mujer se puede reclinar un poco hacia atrás, mientras su pareja le acaricia el clítoris, o también pueden practicarla con el hombre sentado, ya sea en la cama, una silla o un sofá, y la mujer sentada sobre él como si estuviera montando “a caballito”. Esta postura, al encontrarse cara a cara, también permite que la pareja pueda acariciarse y besarse, ¡y es un gran estimulo visual especialmente para él!
El misionero… con un twist
A la postura del misionero, en la que el hombre se recuesta sobre la mujer, le sumamos un complemento estimulante: las piernas de la mujer se apoyan sobre los hombros de su pareja. Es una variante de un clásico, ¡que suma mucho placer! La penetración se vuelve más profunda y, cuanto más eleves las piernas, ¡más profunda será! Verás cómo cambia ese misionero tan tradicional que ya conoces… Además, si eres flexible, la elasticidad de tu cuerpo te hará sentir súper sexy y te dará mayor confianza en ti misma. ¡Ni hablar de cómo disfrutará tu pareja viendo cómo contorneas tu cuerpo y cómo rodeas su cuello con tus piernas!
El perrito
Para muchas mujeres esta postura resulta en una estimulación directa del punto G. Más aún si la mujer varía la posición levantando su torso de manera que su espalda quede alineada con el pecho del varón. Esta posición también es un gran estímulo visual para el hombre, ya que podrán ver las curvas de la espalda, la cintura y la cadera de ella. Además, ambos tendrán fácil acceso al clítoris. Aunque a veces para practicarla hay quienes prefieren tener cierto grado de confianza con su pareja porque al no haber contacto cara a cara se puede generar una sensación de falta de intimidad. Un consejo, ¡déjense llevar y disfruten!