La memoria humana tiene un editor que no descansa: cada vez que visitamos una experiencia del pasado añadimos fragmentos del presente y «cambiamos la película», según un estudio de la revista Journal of Neuroscience.
Las nuevas versiones de lo acontecido editadas por la memoria, a su vez causan emociones que modifican nuevamente lo recordado, de manera que, en lo que a lo rememorado se refiere, no existe el «vídeo original».
Un ejemplo es lo que se recuerda como amor a primera vista, señalaron los investigadores. «Cuando una recuerda el momento en que conoció a su pareja actual, puede que la memoria esté plena de amor y euforia», indicó la autora principal del estudio, Donna Jo Bridge, de la Escuela Feinberg de Medicina en la Universidad Northwestern.
«Pero bien puede ser que una esté proyectando los sentimientos actuales sobre la pantalla del encuentro original con esa persona», agregó.
Éste es el primer estudio que muestra, específicamente, cómo la memoria es un testigo endeble, y cómo puede insertar elementos del presente en los recuerdos del pasado cuando uno los visita.
El estudio muestra el punto exacto en el tiempo cuando la información recuperada incorrectamente se implanta en una memoria existente.
Es un mecanismo de supervivencia, según Bridge. Las memorias se adaptan a un contexto que cambia constantemente y eso nos ayuda a lidiar con lo que es importante en este momento.
«La memoria no es como una cámara de vídeo», agregó. «No es que uno pueda volver atrás y ver lo ocurrido tal como ocurrió, sino que la memoria reconstituye y edita creando una historia que se ajusta a la realidad presente».
Según los investigadores, esa edición ocurre en el hipocampo del cerebro, que trabaja como editor y equipo de efectos especiales.
Para su estudio los científicos tomaron diecisiete hombres y mujeres que observaron 168 imágenes de objetos en diferentes sitios de la pantalla de computadora con trasfondos variados como una escena submarina o una visión aérea de tierras agrícolas.
Luego a los participantes se les pidió que colocaran el objeto en la ubicación original pero sobre un trasfondo nuevo. Los participantes colocaron los objetos siempre en un sitio incorrecto.
Para la parte final del estudio a los participantes se les mostró el objeto en tres sitios de la pantalla original y se les pidió que eligieran el correcto. Sus opciones eran: la ubicación en que originalmente vieron el objeto, la ubicación donde lo colocaron en la segunda parte, o una ubicación totalmente nueva.
«Las personas siempre eligieron el sitio que ya habían elegido en la segunda parte del experimento», indicó Bridge.
«Esto muestra que su memoria original de la ubicación ha cambiado para reflejar la ubicación que recordaban sobre el nuevo trasfondo de pantalla. Su memoria actualizó la información insertando la nueva información en la memoria vieja».
El otro autor del estudio, Joel Voss, agregó que la noción de una memoria perfecta es un mito.
«Todos queremos creer que la memoria es lo que nos permite recordar de manera vívida nuestra infancia o lo que hicimos la semana pasada», explicó.
«Pero la memoria está diseñada para ayudarnos a tomar buenas decisiones en el momento presente y, por lo tanto, la memoria tiene que actualizarse», añadió. «La información que es relevante ahora puede sobreseer lo que había allí antes». EFE