A pesar de la numerosa familia que formaron en los años que llevan juntos, Brad y Angelina decidieron cubrirse las espaldas y evitar sorpresas desagradables en el futuro firmando un acuerdo prematrimonial. El documento protegerá las fortunas personales que ambos han amasado durante sus largas carreras: 175 millones de dólares en el caso de Brad y 143 millones en el de Angelina.
«Ella nunca quiso firmar un contrato prematrimonial con Brad porque cree que es una forma de asumir que el divorcio llegará tarde o temprano. No obstante, Brad la convenció de que sólo es una medida preventiva de la que se olvidarán tan pronto como estén casados, además de ser un trato justo que les ayudará a conservar íntegramente sus bienes y a compartir la custodia de sus hijos en caso de que lo suyo no funcione», aseguró a la revista Grazia un miembro de su círculo cercano.
«Brad demuestra ser un tipo práctico y muy responsable en todo este tema: no se puede improvisar cuando se tienen 6 hijos y más de 300 millones de dólares en común. Al final Angelina ha entendido que esta es la mejor forma de asegurar el bienestar de todos», indicó el mismo informante.
En relación a los preparativos de su esperada boda, Brad y Angelina se han percatado de que sus intenciones de pasar por el altar en la costa francesa son imposibles de materializar al no ser oficialmente residentes en el país, un pequeño contratiempo que la pareja solventará con una ceremonia exprés en Hawai -el lugar favorito de Marcheline Bertrand, madre de Angie– que tendrá lugar unos días antes del banquete que sí se celebrará en territorio galo.
«La idea de hacer una pequeña parada en Hawai para cumplir con los requisitos legales de una boda entre estadounidenses ha resultado ser también un discreto homenaje a la madre de Angelina, quien en vida adoraba la isla y podrá formar parte de una boda que estará llena de emotividad. Después todos se marcharán a Francia para disfrutar de una fiesta», adelantó la fuente.