La piel y el verano

  • Podemos evitar este envejecimiento fomentando una alimentación sana, equilibrada, variada sin excesos de azúcares ni grasas.

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    El sol es beneficioso para la piel, participa en la síntesis de vitamina D, es indispensable para la fijación del calcio en los huesos, y además responsable de la producción de melatonina; hormona que influye en el estado de ánimo y en darnos un bonito color dorado sin que la piel se resienta.

    Teniendo cuenta estos factores tomar sol es beneficioso para la salud siempre y cuando se tomen las medidas necesarias.

    La piel tiene un sistema natural de protección pero si las exposiciones son intensas, este no es suficiente, por esta razón es necesaria la protección externa para limitar los daños cutáneos.

    El exceso de sol provoca envejecimiento acelerado e irreversible. Las fibras de colágeno y elastina se vuelven rígidas, la piel pierde la elasticidad ocasionando arrugas y daños en el ADN, también reacciones inflamatorias dando como resultado imperfecciones cutáneas y pérdida de luminosidad.

    Por estos motivos es fundamental elegir productos que contengan principios activos que ayuden a reparar los daños y evitar la temida glicación de la piel; que junto con los rayos UV son los principales causantes del envejecimiento prematuro.

    La glicación es una reacción química que nos envejece. Hace referencia a la reacción química que produce el organismo a causa de la mala alimentación. Cuando se abusan de dietas ricas en azúcares, alimentos procesados y comidas rápidas.

    El azúcar se une a las proteínas del cuerpo, estas proteínas glicosiladas se acumulan en la dermis y destruyen el colchón de apoyo de la piel formado por colágeno y elastina, necesarias para que la piel se renueve. Además hace que produzca colágeno de mala calidad. Diversos estudios han manifestado que la glicación sumado a la radiación UV del sol son los protagonistas del envejecimiento.

    Podemos evitar este envejecimiento fomentando una alimentación sana, equilibrada, variada sin excesos de azúcares ni grasas. Eligiendo alimentos antioxidantes, ricos en fibras y proteínas de calidad. Las vitaminas y minerales son imprescindibles.

    Y lo fundamental es la protección solar. Pero es necesario el asesoramiento de un profesional capacitado para elegir el producto adecuado, dependiendo del tipo de piel, el tiempo, el horario de exposición y la época del año.

     

    Lic. Marcela Cardozo
    Nutricionista- Cosmetologa
    Consultorio Gonminiot

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