La falta de libido femenina puede tener solución

  • El deseo sexual puede verse mermado por el estrés, la ansiedad, el malestar físico o el desconocimiento de habilidades sexuales. Los hombres ya cuentan con un medicamento para la disfunción eréctil (la viagra o “píldora azul”), pero la falta de deseo en la mujer está a las puertas de tener una solución farmacológica. La investigación persigue una “píldora rosa” que actúe directamente a nivel cerebral.

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    Un informe sobre el trastorno de deseo sexual hipoactivo femenino del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos define la disfunción sexual como una patología que produce cambios significativos en el comportamiento sexual habitual en adultos.

    Eso implica una disminución importante y persistente o incluso la desaparición definitiva de los pensamientos y fantasías sexuales que acaban posponiendo el sexo e incluso evitándolo.

    Un compuesto químico, la flibanserina, ya utilizado como antidepresivo, se erige ahora como un posible potenciador del deseo de la mujer.

    La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) acaba de aprobar este medicamento, aunque aún se debate si se podrá comercializar o no.

    La FDA rechazó en otras dos ocasiones anteriores el compuesto debido a que los paneles de asesoramiento lo consideraron inseguro por sus efectos secundarios y por no contar con pruebas suficientes que demostraran su eficacia en las mujeres con poco apetito sexual.

    Para la vicepresidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología y codirectora del Institut de Sexología en Barcelona, Francisca Molero, “parece mucho más complicado aprobar los indicados para disfunciones sexuales femeninas que para las masculinas”.

    La doctora Molero es una de las sexólogas clínicas que participó en 2010 en el grupo de expertos encargados de asesorar al laboratorio que estaba haciendo en aquel momento los estudios clínicos de flibanserina (Boehringer Ingelheim) y explica que este fármaco, popularmente conocido como “píldora rosa” o “viagra femenina”, podría ser eficaz si se aborda el problema de manera integral.

    Viagra Vs Flibanserina

    A pesar de ser conocida como la “viagra femenina”, la flibanserina poco tiene que ver con este fármaco que utilizan los varones.

    Molero indica que mientras la viagra (o cualquiera de sus derivados) actúa sobre el trastorno de la excitación masculina, es decir, la disfunción eréctil, la flibanserina está indicada principalmente para el deseo sexual y no para el trastorno de excitación.

    En el caso de los hombres, la viagra actúa a nivel del óxido nítrico produciendo una vasodilatación y aumenta el caudal al pene. Entonces, detalla la doctora, “si existe una erección, el hombre la percibe y eso actúa sobre su propio deseo sexual”.

    Con la flibanserina es distinto porque no actúa a nivel de la excitación: “no es un tema de disfunción endotelial; funciona a nivel cerebral y actúa a través de los sistemas de dopanima, noradrenalina y serotonina”.

    La sexóloga argumenta que la flibanserina siempre se ha estudiado como un antidepresivo y aunque no se conseguían los efectos deseados, se observó que aumentaba la libido en las mujeres.

    Causas de falta de libido

    Hay muchas causas por las que las que las mujeres pueden disminuir su deseo sexual. La doctora indica que, a nivel bibliográfico, para ella, existen los siguientes elementos claves generadores de problemas sexuales en las mujeres:

    Mala percepción de salud: cuando una mujer tiene la sensación de estar enferma. Eso a veces no está relacionado con la gravedad de la enfermedad, pero sí con la percepción.

    Salud mental: la depresión y la ansiedad son dos de los problemas más comunes. De hecho, los propios tratamientos antidepresivos pueden afectar, aunque esto no quiere decir que haya que dejar de tomarlos.

    Calidad emocional y sexual de la pareja: La primera tiene que ver con la parte afectiva y la segunda tiene que ver con las habilidades eróticas que tenga la pareja. El tema de las falsas expectativas o el desamor durante la actividad sexual es uno de los mayores enemigos. Si no se dejan fluir las cosas, se altera toda la respuesta sexual.

    Dolor: si hay molestias y se mantienen en el tiempo eso puede producir problemas a nivel del deseo, de la excitación y de toda la respuesta sexual.

    De hecho, Molero subraya que los problemas más comunes que se encuentra en su consulta son los relacionados con el estrés, la convivencia con la pareja, la percepción del estado de malestar y el dolor.

    Otros de los inconvenientes para tener relaciones sexuales en las mujeres son la candidiasis de repetición, la sequedad vaginal (sobre todo durante la menopausia) o la vulvodinia, una enfermedad bastante desconocida en la que la mujer tiene un dolor físico que le inhibe el resto de respuestas.

    La solución

    De momento no contamos con la píldora rosa en farmacias pero cada día los expertos en este ámbito trabajan en solucionar esa falta de deseo.

    “El abordaje de la excitación y del deseo sexual debe hacerse de manera integral. Una terapia sexual puede ser eficaz y si además se cuenta con un fármaco que ayude, todo se facilitará”, afirma la sexóloga.

    Francisca Molero detalla que suele trabajar mucho en terapia sexual y estos son algunos de sus métodos:

    Piensa en sexo de manera positiva: si piensas así, lo desearás. Si piensas en sexo como un problema nunca tendrás ganas de practicarlo.

    Dedica más tiempo a la interacción erótica y a la emocional: Si se trabaja en estos dos aspectos es como si se empezara a encerar la máquina una vez más.

    Planifica los encuentros con tu pareja: Esto ayuda mucho porque es algo que consideras importante, lo cuidas y le das el espacio que requiere.

    Productos fitoterapéuticos: algunos como la maca o la l-arginina pueden hacer que la persona se encuentre mejor físicamente y eso le ayude a aumentar sus ganas.

    Técnica del chequeo de tu respuesta sexual: consiste en intentar un par de veces a la semana sensorializar con tu cuerpo, tener conciencia de tus genitales con el fin de encontrar aquellos estímulos que a nivel cerebral desencadenen una respuesta.EFE

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