¿Qué sucede en el cerebro cuando observamos un truco de magia?

  • Los trucos de magia ponen a prueba muchos de los procesos mentales que estudian los neurocientíficos. Los doctores Susana Martínez-Conde y Stephen L. Macknik investigan cómo funciona el cerebro a través de la magia, una puerta abierta para tratar algunas enfermedades cognitivas.

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    Susana Martínez-Conde es directora del Laboratorio de Neurociencia Visual del Instituto Neurológico Barrow en Phoenix (Estados Unidos), donde Stephen L. Macknik dirige el laboratorio de Neurofisiología del Comportamiento. Dos científicos unidos por la neurociencia (la ciencia que se dedica al estudio, observación y análisis del sistema nervioso), además de por el matrimonio.

    “Los engaños de la ciencia” (Destino) es el libro firmado por estos dos expertos que, por primera vez, introducen el concepto de “neuromagia”. “Entender cómo los magos logran ‘hackear’ nuestro cerebro nos ayudará a entender mejor cómo funcionan los trucos cognitivos en las estrategias publicitarias, en las negociaciones de empresa y en las relaciones interpersonales”, escriben.

    Susana Martínez-Conde, nacida en Santiago de Compostela, ciudad donde cursó la carrera de Medicina, habla para EFEsalud desde Phoenix de las ilusiones que crea nuestro cerebro.

    • Asegura que el cerebro experimenta engaños contínuos, que no percibimos la verdadera realidad.

    Sí, el cerebro experimenta engaños constantes, la mayoría de ellos los ignoramos o nos pasan desapercibidos. En realidad el cerebro inventa más información de la que procesa a través de los sentidos.

    Esta simulación que el cerebro realiza de la realidad es raramente perfecta, es decir, en la mayoría de los casos existe una discrepancia, mayor o menor. Cuando la discrepancia es mayor solemos hablar de ilusiones, pero la mayoría de las cosas que experimentamos son parcialmente ilusorias porque esta correspondencia nunca es perfecta.

    • ¿Fabricamos esas ilusiones para poder sobrevivir ante la realidad?

    Desde un punto de vista evolutivo, nuestro sistema nervioso ha desarrollado una serie de mecanismos que pueden subsanar en alguna medida las limitaciones naturales que tenemos. En el cerebro tenemos un número limitado de neuronas y tendría que ser del tamaño de un edificio para poder procesar la realidad, pero tiene que caber en la cabeza, porque lo que mostramos de la realidad es muy limitado.

    Por eso tenemos que sobrevivir, navegar el entorno físico, relacionarnos con otras personas y objetos. Esto es porque el cerebro lleva a cabo una serie de atajos y estima información basándose en la información que realmente dispone y que es muy limitada. Todo tipo de estrategias, de algoritmos que hemos desarrollado a lo largo de la evolución nos ha conferido una ventaja a la hora de la supervivencia, a nosotros y a cualquier otro sistema nervioso.

    • Uno de los principales objetos de la investigación son las ilusiones visuales, una herramienta válida para explicar, según la ciencia, los circuitos neuronales y cómo el cerebro construye las experiencias cotidianas.

    Para comprender cómo el cerebro construye nuestra experiencia del mundo es muy importante la modalidad visual. Somos animales fundamentales visuales y en el cerebro tenemos más de dos docenas de áreas dedicadas al procesamiento de la información visual.

    El estímulo visual se puede manipular de un modo muy conveniente y la importancia de la visión es crítica para nosotros como especie. Estas ilusiones visuales, dada la discrepancia entre realidad objetiva y percepción subjetiva, nos proporcionan una buena herramienta para llegar a entender qué es lo que cerebro está haciendo cuando construye nuestra experiencia visual del mundo.

    Imagen de la neurocientífica Susana Martínez-Conde durante una conferencia sobre los “engaños de la mente” en la Universidad Europea de Madrid. Foto: Universidad Europea de Madrid.

    Imagen de la neurocientífica Susana Martínez-Conde durante una conferencia sobre los “engaños de la mente” en la Universidad Europea de Madrid. Foto: Universidad Europea de Madrid.

    • En el libro apuntan que los mecanismos cerebrales que provocan las ilusiones percibidas, las reacciones automáticas e incluso la consciencia misma son lo que definen en esencia quienes somos. ¿Lo que procesa el cerebro conforma nuestra personalidad?

    Nuestra manera de actuar, de percibir el mundo va a tener influencias genéticas pero también del entorno. Por eso nuestro entorno visual, nuestras experiencias previas, nuestros recuerdos van a tener un efecto en nuestra percepción futura.

    Nuestras expectativas, nuestras asunciones sobre la realidad van a modular nuestra percepción, no solo el estímulo del mundo exterior, sino que tanto el mundo exterior como nuestro mundo interior van a afectar a nuestra percepción.

    A través de los diferentes trucos de magia que desvelan en el libro queda patente que aunque creamos que somos conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor, solemos solo quedarnos con un 5% de lo que ocurre, dicen.
    En realidad yo diría que percibimos bastante menos de un 5% porque vamos a estar limitados por la propia retina por un lado, ya que solo tenemos visión de detalle en el mismo centro del campo visual, que tiene una extensión equivalente a la uña del dedo pulgar y a un brazo de distancia, y por otro, nuestro sistema de atención funciona de tal manera que solo vamos a percibir generalmente aquello a lo que prestamos atención y el cerebro suprime activamente el resto.

    Es decir, vamos a percibir en realidad menos de un 1% de la información que en principio podríamos procesar sensorialmente. Los animales están limitados de la misma manera, una de las limitaciones físicas es el tamaño del cerebro y eso también les afecta.

    • ¿Hay personas más proclives que otras a las ilusiones sensoriales?

    Depende. En la visión hay algunas diferencias individuales que van a jugar un papel mayor o menor dependiendo de la ilusión. Si son ilusiones sensoriales, que ocurren al nivel de la retina y sin problemas patológicos, va a ver muy poca diferencia en cómo perciben personas diferentes la misma ilusión.

    Si nos referimos a ilusiones cognitivas, que tengan más que ver con la expectativas, memoria, atención… ahí sí las experiencias individuales suelen jugar un papel mayor, pero hasta cierto punto porque lo que también hay que tener muy en cuenta es que, por ejemplo, en los espectáculos de magia puede haber miles de espectadores y la inmensa mayoría va a caer en los trucos.

    • En relación a las ilusiones cognitivas, los magos son capaces de controlar la atención o la memoria con manipulaciones visuales, auditivas, táctiles y sociales. Ustedes manejan la hipótesis de que las personas con autismo podrían no caer en los trucos precisamente porque no concentran su atención en lo que quiere el mago, por una deficiencia en la atención dirigida. ¿Cómo podría ayudar la magia y la neurociencia a las enfermedades cognitivas?

    Las personas con autismo podrían percibir el método secreto en aquellos determinados trucos de magia en los que el mago utiliza el desvío de la atención basado en claves sociales, como la mirada, y eso va a influir menos en las personas con autismo. Hay una relación potencial entre magia y neurología. En el futuro podría haber investigaciones que relacionasen cómo personas con determinados déficit de atención podrían percibir o dejar de percibir ciertas ilusiones utilizadas por los magos. Esto podría ser interesante.

    Por ejemplo, en el sistema educativo si los maestros fueran capaces de manipular y dirigir la atención de los alumnos cómo lo hacen los magos con el público podría ser muy ventajoso porque muchas veces se ignora desde un punto de vista no sólo de neurología, sino de la educación cómo funciona nuestro sistema de atención. Existe un tendencia en general en el sistema educativo de hacer que los alumnos hagan multitarea y la neurociencia nos dice que esto es imposible.

    • Usted, que es neurocientífica, ha llegado a actuar como maga y a practicar trucos. ¿Qué lección ha sacado?

    Fue una meta tanto personal, como científica. Desde un punto de vista neurocientífico, nos interesaba conocer desde dentro el estímulo, no solamente desde una perspectiva indirecta como observadores, sino llegar a tener un conocimiento más directo de la manipulación que realiza el mago. Desde un punto de vista personal, era algo que a través de las colaboraciones con los magos francamente nos apetecía, ponernos a prueba y enfrentarnos a este desafío y ganar la entrada a estas sociedades mágicas, no como estudiosos de la magia, sino como miembros magos de pleno derecho.

    La reacción que ha provocado en la comunidad neurocientífica ha sido muy positiva. Por parte de los magos, aunque la reacción en general ha sido muy buena, ha habido alguna excepción que le preocupaba que se revelasen secretos. Ese es uno de los motivos por los que en el libro cada vez que se desvela un secreto mágico se hace una advertencia para que a nadie le pille por sorpresa y decida leerlo o no.

    • Ofrecen algunas conclusiones que han aprendido de los magos y que pueden ser útiles para la vida: concentrarnos en una sola cosa y no practicar multitarea; saber que la memoria es falible y que transforma nuestros recuerdos; seguir avanzando a pesar de los errores; utilizar el encanto personal, el humor y la complicidad en nuestras relaciones personales, profesionales o de negocios…

    Sí, hay ilusiones que por mucho que sepas que es una ilusión no vas a ser capaz de verla de forma diferente. Puedes saber cuándo el mago está haciendo la trampa pero la percepción no va a variar de por sí. Pero en otros casos, como por ejemplo no incurrir en la multitarea, es algo que sí lo puede aplicar todo el mundo en su vida simplemente sabiendo que nuestro sistema nervioso es incapaz de hacer dos cosas a la vez que requieran nuestra atención.EFE/ANA SOTERAS

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