Espalda: posturas que alivian molestias

  • ¿Sufrís dolor en la espalda? En la nota te sugerimos cinco posturas que aliviarán el mal que sufrís en esta zona.

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    El dolor de espalda es un síntoma frecuente entre la población adulta. Según publica la página Huffington de España, hacer yoga dos o tres veces en la semana puede prevenir gran parte de los molestias en esta zona.

    Los malos hábitos que se adoptan, como la mala postura al sentarse o pararse, son una de las principales causas. El dolor en la espalda, además, puede causar insomnio, depresión, ansiedad o irritabilidad.

    Esta serie de ejercicios sencillos, relajantes, agradables y fáciles son perfectas para practicar antes de dormir o después de un día largo y agotador. No lleva más de 15 minutos y se notará los efectos rápidamente.

    Postura de:

    – Tortuga: sentate en el piso con la espalda derecha. Juntá las plantas de los pies y formá un rombo con tus piernas. Colocá las manos en el centro de ese rombo e inhalá. Al exhalar, descendé lentamente el tronco y acercá al piso. Flexioná tu cuerpo desde las caderas y llevá las manos por debajo de los tobillos. Relajá el cuello, la cabeza y los brazos totalmente. Respirá profundamente en esta postura, y mantené durante un minuto o minuto y medio. Por último, volvé lentamente arriba.

    tortuga

    – Gato: apoyá en el piso las rodillas y las manos. Formá una base estable. Exhalá y redondeá tu espalda. Sacá una joroba y llevá el mentón hacia el pecho. Inhalá, hacé movimiento contrario. Llevá la mirada hacia delante. Estirá la columna vertebral. Arqueá ligeramente la zona lumbar. Continuá con el movimiento lentamente, al ritmo de tu respiración.

    gato

    – Grillo: acostada boca arriba, con todo el cuerpo estirado, doblá las piernas y apoyá las plantas de los pies muy cerca de los glúteos, con una separación del ancho de tus caderas. Permanecé los brazos apoyados en el piso, cerca del cuerpo, con las palmas hacia abajo. Tomá aire y, al exhalar, elevá lentamente la espalda del piso. Comenzá por la pelvis y continúa con la zona de la espalda. Intentá formar una línea recta desde las rodillas hasta los hombros. Imaginá que tus rodillas quieren llegar a la pared de enfrente. Relajá la respiración y mantené la postura durante un minuto.

    grillo

    – Serpiente: acostada boca arriba, doblá la pierna derecha. Colocá el pie sobre la otra rodilla. Poné la mano izquierda en la rodilla que está en el aire. Lentamente, llevá la rodilla derecha hacia el piso al lado izquierdo de tu cuerpo. Podés poner una almohada cerca para apoyar la rodilla en él. Estirá el brazo derecho hacia la derecha y girá la cabeza hacia ese mismo lado. Después de unos minutos de permanencia, hacé lo mismo con la otra pierna hacia el lado contrario.

    serpi

    – Feto: sentate sobre los talones y separá las rodillas a una distancia del ancho de tus caderas. Colocá delante de vos la misma almohada, enrollá como un rulo. Suavemente,  inclinate hacia delante hasta que tu abdomen y pecho se apoyen sobre la almohada. Descansá suavemente una mejilla sobre la almohada. Los brazos descansan a los lados de la almohada. Mantené la postura durante el tiempo que quieras.

    feto

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