El lenguaje, un regalo materno

  • “El amor materno-filial está en el origen del lenguaje humano”, asegura Enrique Burunat, profesor de Psicobiología de la Universidad de La Laguna de Tenerife, quien explica que las madres, motivadas por el amor hacia sus hijos, “fueron las responsables del origen y mantenimiento durante cientos de miles de años de un protolenguaje en sucesivas especies de homínidos”.

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    Hace aproximadamente un millón de años, en homínidos previos a nuestra especie, comenzó a incrementarse la duración de la niñez, un periodo de dependencia de las crías hacia sus madres. Además, en torno a esa época, también se reorganizó el aparato fonador, aproximándose al que tenemos en la actualidad, expone Enrique Burunat en su libro “Amor y origen de la humanidad”.

    El especialista subraya que la niñez solo fue posible con una absoluta dedicación de las madres “a la alimentación, el transporte y el cuidado de sus crías”.

    Asimismo, señala que en esta etapa vital, nueva en la naturaleza, “las madres se comunicaban con sus hijos mediante un protolenguaje, un lenguaje primitivo, en el que los componentes emocionales tenían una gran importancia”.

    “Durante cientos de miles de años, las homínidas practicaron ese protolenguaje. Por eso, hoy las niñas sacan mejores notas en Lengua que los niños, pues las mujeres llevan mucho más tiempo practicando que los hombres”, apunta.

    Sobre el surgimiento del lenguaje, el profesor Burunat ha escrito un artículo titulado “Lenguage Génesis”, que puede interpretarse como un apoyo científico a las descripciones bíblicas del origen de la humanidad.

    En este trabajo, publicado en la revista “Advances in Anthropology”, Burunat defiende que más de 100.000 años después de la aparición del homo sapiens, la mujer transmitió el amor y el lenguaje al hombre.

    “Los pasajes del Génesis bíblico encajan perfectamente con esta propuesta. El lenguaje sería el fruto del árbol del conocimiento. De este modo, el nuevo pensamiento simbólico, compartido por ambos sexos, dio a la especie humana el conocimiento del bien y del mal, así como la conciencia de sus cuerpos y su desnudez”, indica.

    Aprendiendo, desde antes de nacer

    En palabras del profesor Burunat, “aceptar la transmisión del lenguaje de la mujer al hombre permite entender una construcción paulatina, en pocos miles de años, del lenguaje verbal, paralelo a su dispersión geográfica.

    “Así, en sus inicios, la construcción de los tiempos verbales y formas gramaticales no debió de ser inmediata, con lo que se puede comprender la creencia en la existencia de antepasados que vivieron cientos de años o la caída de un fuerte Diluvio universal en pocos días. Para aquellos primeros humanos, esta es una interpretación razonable de una gradual subida del nivel del mar en pocos siglos en las costas del Mar Negro, ya aceptada por la ciencia y quizás transmitida por un grupo de desplazados por dicho motivo”, afirma.

    Además, el profesor Burunat expresa que, la aceptación generalizada de que la humanidad estuvo originada por el surgimiento del amor en la relación materno-filial, y que el amor y el lenguaje se extendieron hace pocas decenas de miles de años, “debe contribuir a la valoración real del amor y de la mujer en la evolución humana”.

    El especialista destaca que, desde el punto de vista evolutivo, se sabe que el aprendizaje del lenguaje comienza ya en el vientre materno.

    “Desde antes de nacer, el bebé escucha la melodía, el ritmo y la entonación del habla materna. Eso facilita la adquisición del lenguaje por el recién nacido, que ya es capaz de distinguir entre el idioma de su madre y el de otros”, precisa.

    “La estimulación maternal es esencial en el aprendizaje del lenguaje y el vocabulario durante la niñez”. Por ello, indica que la madre sigue siendo “la fuente original del lenguaje en nuestros días”, subraya.

    “En la actualidad, el hombre se ha sumado a la enseñanza del lenguaje. Hoy, además, se sabe que cuanto mayor es el amor en la pareja, mayor vocabulario emplean ambos padres con sus hijos”, concluye. EFE Salud.

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