Manual para sobrevivir a conversaciones de moda

  • ¿”Print arty”, estilo “boho-chic”, “it-girl” y “collhunter”? Guía para sobrevivir a un diálogo sobre tendencias, bien sea por “postureo” o necesidad.

    Compartir:

    Madrid, 15 may (EFE).- Llega una nueva temporada y con ella una nueva remesa de tendencias y expresiones que, como es habitual en el efímero ecosistema de las pasarelas, no dura más de seis meses en el habla popular. “Print arty”, “boho-chic”, “casual” y los dictámenes de las “it girs” gobiernan el armario, pero qué significan.

    Está claro que para desenvolverse en el mundo de la moda no eres nadie si no sueltas, al menos, tres anglicismos por minuto: ¿pose?, ¿complejo de inferioridad? o ¿una alta dosis de tontería?. La respuesta queda a libre elección de cada interlocutor, aunque, si la intención es dar el pego y no desentonar, aquí va un manual para principiantes.

    A: “Arty”. Este concepto engloba a las prendas que incorporan dibujos geométricos, estampados de pinturas abstractas o motivos inspirados en obras de autores como Andy Warhol, Robert Rauschenberg o Jackson Pollock. Esta es una de las tendencias más importantes esta temporada, así que es necesario grabar este término a fuego en el vocabulario.

     

    Un visitante "arreglado pero informal" en la feria de moda Pitti-Uomo/Imagen cedida por Pitti Imagine/EFE

    Un visitante «arreglado pero informal» en la feria de moda Pitti-Uomo/Imagen cedida por Pitti Imagine/EFE

     

    B: “Fashion bloguer”. Hombre o mujer cuya principal ocupación es escribir un blog de moda y que han arrebatado el poder a todopoderosas editoras de moda como Anna Wintour. Si antes ellas decían qué prendas debían ingresar en el armario y cuáles ser relegadas al ostracismo, ahora son los blogueros quienes marcan el ritmo; eso sí, acompañado de cierta dosis de egocentrismo.

    C: “Coolhunter” o el cazatendencias de toda la vida. Se dice de aquella persona dedicada a predecir las tendencias de próximas temporadas, acierte o no. Existen empresas especializadas en este ámbito que asesoran a firmas de moda en cada colección. Sus servicios de predicción cotizan a precio de oro.

    E: Estilos variados. “Urban” se refiere al que predomina en las grandes ciudades o, como decía Martirio, “arreglado pero informal”; “sport wear” es el deportivo de siempre; “minimal” se traduciría por minimalista, y “boho-chic“, desenfadado con toque pijo. Ahora mismo estamos en la era del “casual”, el de la comodidad por encima de todo y todos, aunque el “look” escogido haya requerido tres horas de planificación.

    F: “Fitting”. Lo que las modistas de antaño llamaban “prueba de vestido”, que igual vale para un traje de novia que para ajustar las prendas a los modelos de un desfile, ya que, contra toda creencia popular, a las modelos, como al resto de los mortales, la ropa no les queda bien a la primera.

    G: “Gipsy”. Moda inspirada en la estética zíngara que tanto gusta a Isabel Marant -apúntatelo: una de las diseñadoras fetiche-, que combina faldas XXL, corpiños, prendas superpuestas, mucho color y varias decenas de pulseras y anillos

    Estilo "boho-chic" de dos visitantes en la feria Pitti Uomo/Imagen cedida por Pitti Uomo/EFE

    Estilo «boho-chic» de dos visitantes en la feria Pitti Uomo/Imagen cedida por Pitti Uomo/EFE

    I: “It girl”. Aunque ser una chica de moda no es un fenómeno de ahora -basta recordar a Jackie Kennedy o Grace Kelly-, las de hoy en día guardan una sustancial diferencia con sus antecesoras: se desconoce su profesión más allá de su estatus “it girl”. Con un estilo personal, siempre activas en las redes sociales y DJ ocasionales, es difícil averiguar cómo las “it girls” nacen, se desarrollan y desaparecen.

    L: “Look”. Estilismo o imagen de una persona que designa su combinación de ropa y accesorios. Si bien la palabra en inglés ha alcanzado un uso coloquial, la versión española ha quedado relegada al ostracismo. La variante “total look” se podría traducir como “conjuntado”, aunque no quede tan chic

    M: “Must”. Es una palabra imprescindible y se refiere justo a eso, a los elementos “imprescindibles”, y se utiliza prácticamente para todo y acompañado por la variante “must-have”, de la temporada, el armario o de accesorios.

    P: “Print”. Estampado de toda la vida. Esta temporada manda el “animal print” y no el estampado de cebra o de leopardo de otro tiempo. También el “print tartan” y no el cuadro escocés de cuando éramos pequeños.

    S: “Sitting”. Será bastante habitual que en un evento de moda la pregunta, “¿dónde me siento?” sea respondida por el “responsable de sitting”, un epígrafe más glamuroso que el “encargado de sentar a los asistentes”, aunque con idéntica tarea.

    T.- Trendy. Este concepto se utiliza para definir prendas, accesorios o personas, y sustituye a los trasnochados “de moda” y “a la última”, tarde lo que tarde “trendy” en ingresar en este grupo.

    V.- Vintage. Estética inspirada en la de hace más de veinte años, según el diccionario. Una etiqueta que abarca desde el cuero roquero de los setenta hasta las faldas abullonadas y cintura estrecha de los cincuenta. Aunque muchos militantes de lo moderno lo han confundido con rescatar piezas del armario de la abuela.

    Todos estos términos se imponen poco a poco debido al “marketing” y a la dependencia de la moda española “con respecto a las pasarelas más importantes de otros países”, según cree la novelista y académica de la lengua Soledad Puértolas, que además es una gran aficionada a la moda, aunque no suele asistir a desfiles.

    La escritora cree también que en estos usos lingüísticos hay algo de “espejismo”, como si quisieran “hacer ver que esto es otra cosa, que esto es París o Nueva York”. “Pero esto es Madrid (por España), y está muy bien que lo sea. No pasa nada por hablar en español”, subraya./ EFE/ Celia Sierra

    Compartir:
    Etiqueta(s):

    Más notas: