Creación iberoamericana en el París Fashion Week

  • La alta costura, la representación más artística de la moda, desplega en París todo el saber hacer artesano de las casas históricas, el regreso al ruedo de modistas francesas y la exultante irrupción de Iberoamérica en el calendario «off».

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    La temporada de la moda se aproxima a su fin con estos cinco días de desfiles en los que se presentarán diseños elaborados que deleitarán la mirada del público, marcarán nuevas líneas creativas y, como piezas de museo, sólo estarán al alcance de exclusivos bolsillos.

    Esta semana anticipa las colecciones del próximo otoño-invierno, de tal manera que la clientela interesada en adquirir alguno de los modelos que ha visto sobre la pasarela pueda hacer su pedido para que esté listo cuando llegue el frío.

    Las firmas francesas Christian Dior, Chanel o Jean Paul Gaultier, las italianas Giorgio Armani Privé, Valentino o Versace y la libanesa Elie Saab no faltarán a esta cita, que sólo tiene derecho a ser albergada por la capital francesa.

    Este  lunes, Schiaparelli revelará la segunda colección confeccionada por Marco Zanini, modisto que la despertó de su letargo de casi sesenta años, gracias al apoyo financiero del empresario transalpino Diego della Valle.

    Stéphane Rolland, Zuhair Murad, Giambattista Valli, Viktor & Rolf, Maison Martin Margiela o Ralph & Russo tienen hasta el próximo jueves para desvelar los diseños con los que esperan alcanzar las alfombras rojas de todo el mundo.

    Al distanciar en el calendario la Semana de la Moda Masculina de la Alta Costura, la Federación de la Costura y del Prêt-à-Porter ha permitido que se organicen más desfiles el domingo por la tarde, jornada que antes estaba reservada sólo para el pistoletazo de salida de Versace.

    Han tomado ese espacio Fred Sathal y Stéphanie Coudert, dos modistas francesas que regresan como invitadas a esta pasarela en la que llevan años sin desfilar.

    Para entrar en este exclusivo club de forma oficial, es necesario cumplir una serie de requisitos, como que las piezas estén realizadas a mano y a medida y que los talleres cuenten con un número suficiente de profesionales.

    En el «off», destaca la irrupción de los modistos iberoamericanos, con el primer desfile de Álvaro Castejón y Arnaud Maillard para Azzaro, el del mexicano Antonio Ortega, la presentación del diseñador de origen peruano Alexandre Ameli y la cuarta colección del venezolano Óscar Carvallo.

    La pareja creativa formada por Maillard y Castejón, «un francés en Madrid y un español en París», como se describen en la página web de la firma que fundaron juntos, Alvarno, presentará este jueves su primera colección para la casa que abrió Loris Azzaro en 1967.

    El miércoles por la tarde desfilará Antonio Ortega, quien creó su marca en 2001, después de haber estudiado diseño en México y de haberse encargado de los talleres de vestuario de la cadena Televisa.

    Ese mismo día, dará el salto a la costura con su propia marca Alexandre Ameli, quien se formó en la escuela parisiense Esmod y trabajó durante cinco años con el modisto Christophe Josse.

    La Semana de la Alta Costura no está dedicada únicamente a la vestimenta, sino que muestra todo la artesanía vinculada al lujo, como demuestran las presentaciones de alta joyería de Chanel o Chaumet.

    El calzado también disfruta de protagonismo propio estos días, con la colección de la histórica firma Roger Vivier, e incluso hay espacio para la Alta Peluquería, de la que Charlie Le Mindu es un férreo defensor. EFE/Mercedes Álvarez.

    La plaza Vendôme, la avenida Montaigne o el Grand Palais son algunos de los lugares que acogerán este despliegue artístico, que también llegará a barrios como Le Marais o Saint-Germain-des-Prés, en la orilla izquierda del Sena, conocida como «Rive gauche». EFE

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