Evitá la indigestión en Semana Santa

  • El estómago es un punto clave para mantener la armonía, el equilibrio y el buen funcionamiento de todos nuestros sistemas y órganos.

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    Tener una buena digestión es la base para sentirnos fuertes y saludables, tanto física como anímicamente. Las digestiones pesadas, lentas o muy trabajosas no hacen sino dañar y deteriorar nuestra salud, impidiendo la correcta asimilación de nutrientes y obstaculizando la adecuada eliminación de residuos y material de desecho que sólo atasca e intoxica nuestro cuerpo.

    Para tener una digestión favorable debes tener en cuenta las causas más comunes de la indigestión:

    • Comer demasiado rápido y con prisas.

    • No masticar correctamente los alimentos.

    • Tragar los pedazos de comida demasiado enteros.

    • Mala combinación de alimentos o comer alimentos fritos o chatarra, asi como refinados o demasiado condimentados, salados o en vinagres.

    • Combinar azúcares con otros alimentos, como comer postre inmediatamente después de comer, ya que el azúcar de los alimentos dulces, incluso las frutas, fermenta los alimentos.

    • Beber mucho líquido o agua en la comida.

    • Beber bebidas muy frías con las comidas, sobretodo con las grasas.

    • Comer demasiado y sentirse “muy lleno”.

    • Beber alcohol durante las comidas.

    • Combinar proteínas con carbohidratos.

    • Hablar mucho durante las comidas (tragar aire).

    • Estrés.

    • Comer cuando se está enojado, irritado, desesperado, muy preocupado o ansioso.

    Síntomas de una mala digestión o indigestión:

    • Reflujo gástrico.

    • Lengua sucia.

    • Pesadez en el estómago.

    • Cansancio excesivo.

    • Mal sabor en la boca.

    • Flatulencias de muy mal olor.

    • Palpitaciones excesivas.

    • Repetir la comida, sabor ácido en la boca.

    • Estómago inflamado.

    Para evitar una indigestión se recomienda seguir los siguientes consejos:

    • Haz más comidas al día y más ligeras. 5 comidas al día es muy benéfico para el cuerpo.

    • Empieza tomando en ayunas el jugo de un limón disuelto en un vaso de agua tibia. Esto ayudará a eliminar toxinas de tu cuerpo acumuladas durante la noche.

    • En el desayuno, evita todo producto animal. Debes empezar el día comiendo fruta, granola, semillas, granos integrales, para que tu intestino se prepare para el nuevo día. Una taza de avena, un plato de fruta con miel y granola, etc., es un buen inicio.

    • Debes tomar durante el día dos litros de agua como mínimo, de manera que tus intestinos mantengan un buen flujo de toxinas.

    • No hagas comidas largas y pesadas, trata de hacer de la comida algo ligero, procurando un guiso cocinado y una ensalada fresca o un jugo de vegetales. La sábila, la zanahoria y el nopal te ayudarán a mantener una digestión perfecta.

    • No comas con prisa, mastica despacio y disfruta la comida, evita hablar cuando comes y agradecer el alimento.

    • No tomes bebidas frías ni azucaradas en las comidas, tampoco comas fruta ni otros alimentos dulces para evitar que lo que comes se fermente con el azúcar de estos alimentos.

    • Come las frutas siempre con el estómago vacío y media hora antes de comer cualquier otra cosa.

    Cuando termines de comer, procura tomar un poco de agua tibia y una cucharadita de aceite de oliva extravirgen, sobre todo cuando comas alimentos de dificil digestión como alubias, frijoles, habas, etc.

    Plantas y hierbas digestivas

    • La manzanilla, angélica, hinojo, azahar, hierbabuena, pasiflora, jengibre, nopal, etc. son algunas hierbas con propiedades digestivas las cuales te ayudaran a que los alimentos se aprovechen y asimilen mejor. Debes procurar no tomar las infusiones cuando comes, ya que los tés contienen una sustancia que podría inhibir la correcta asimilación del hierro. Lo mejor es beber las infusiones media hora después de haber comido.

    En el caso de los niños, se debe acostumbrarlos a comer sentados, evitar ver la televisión mientras comen y no comer nada entre comidas sino agua o quiza alguna fruta. Si el niño no desea comer no debe nunca forzarse, pues comer con disgusto o forzado no es nada bueno para el cuerpo.

    Lo mejor es poner límites saludables con respecto a la comida, se le ofrece al niño y si no le apetece, entonces se le retira el plato, pero no se le da nada más hasta la siguiente hora de comida, en donde, si se ha respetado que no coma nada fuera del su horario, seguro y el pequeño llegara hambriento. Es importante no ofrecer postre justo despues de comer, hay que esperar una hora y despues ofrecer golosinas saludables, como fruta, barritas de cereal, ensaladas, etc. recordando que el exceso de azúcar es uno de los peores aliados de la digestión y la salud general del cuerpo.

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