Michael Douglas habló de su cáncer

  • El actor se emociona y emociona en Cannes.

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    EFE. Michael Douglas se emocionó hoy en Cannes al contar que Steven Soderbergh esperó a que venciera al cáncer de garganta que sufrió para poder rodar «Behind the Candelabra», un filme en el que realiza un espléndida interpretación de Liberace, un popular músico que ocultó su homosexualidad.

    «La película fue rodada después de mi cáncer. Fue precioso para mí, un regalo. Me siento muy agradecido de que esperaran por mí», afirmó Douglas, con voz entrecortada y al borde de las lágrimas, durante la presentación del filme en el Festival de Cannes, que compite en la sección oficial.

    Un gran aplauso recibió las palabras del actor, que fue arropado con bromas y gestos de complicidad por Soderbergh y su compañero de reparto, un relajado y simpático Matt Damon, en la presentación del filme, que supone su regreso al cine tras recuperarse de un cáncer de garganta.

    Y lo hace con una magistral interpretación de Walter Liberace, un pianista y, sobre todo, «showman» que fue tremendamente popular en Estados Unidos entre los cincuenta y setenta y cuya estética excesiva, colorida y llena de tensión es uno de los principales elementos del filme.

    Uno de los mejores papeles de su carrera, en palabras de Douglas, para quien el aspecto físico era una de sus principales preocupaciones, ya que Liberace realizaba unas actuaciones en las que se movía mucho e incluso volaba por el escenario.

    Aspecto que fue solucionado por Soderbergh reduciendo los movimientos sobre el escenario y sentando a Douglas en un piano para las actuaciones.

    También tuvo que aprender a simular que tocaba el piano -«me pusieron un profesor, pero era evidente que no iba a aprender, y me di cuenta de que no iba a funcionar»- y soportar largas sesiones de maquillaje, ya que los personajes cambian de aspecto varias veces durante la película, por lo que tuvieron que usar prótesis y máscaras.

    Eso hace, por ejemplo, que la presencia de Debbie Reynolds, que interpreta a la madre de Liberace, pase casi desapercibida para el espectador.

    Reynolds sirvió, además, como fuente de información sobre Liberace, al que conocía bien, pese a que era una persona extremadamente reservada con su vida privada y apenas salía de casa, como señaló Douglas.

    «Todo el mundo decía que era un anfitrión maravilloso y muy generoso. Es una especie de padre de Elton John, Lady Gaga y la gente con un estilo similar» y un gran sentido del espectáculo.

    La idea de hacer una película sobre la vida de Liberace surgió hace 13 años, cuando Soderbergh estaba rodando «Traffic», en la que participaba Douglas.

    «Creía que se estaba burlando de mí, no entendía lo que tenía que ver con ‘Traffic’. Me dejó un poco paranoico durante un tiempo, pero luego me olvidé completamente de la historia», explicó el actor.

    Siete años después Soderbergh encontró la autobiografía realizada por Scott Thorson (Matt Damon), el hombre que compartió durante años la vida de Liberace y el que hizo pública su homosexualidad.

    «No estaba muy seguro de lo que iba a ser», explicó Damon en la rueda de prensa. Pero, «es la séptima vez que trabajo con Steven y confío totalmente en él».

    Porque el actor elige las películas por sus directores, aunque no tengan guión. En este caso, había «un director como Steven, un guión tan bueno y tan absolutamente bien escrito y dos grandes papeles: no es algo que me hiciera dudar, era una gran oportunidad, y los dos nos lanzamos sin dudarlo un instante».

    Una película difícil de financiar y que finalmente encontró su vía de producción a través del canal de televisión de pago HBO, lo que hace que el filme solo sea visto en la pequeña pantalla en Estados Unidos -sin poder, por tanto, optar a los Óscar-, aunque sí se estrenará en salas de cine en otras partes.

    «Behind the Candelabra» es una película que cuenta la vida de Liberace, pero que entra principalmente en sus excesos y en cómo ese ambiente cambia al joven Scott (Damon).

    Apabulla el despliegue visual de luces, trajes de lentejuelas, estética «kitsch» y exceso que desborda cada escena. Y, aunque es interesante y está bien rodada, lo mejor de la película son sus actores y el trasfondo social de la homosexualidad.

    «Siempre pienso que en 50 años pensaremos por qué había incluso un debate sobre este tema y por qué duró tanto tiempo», afirmó el realizador, que señaló que su intención no era hablar de la homosexualidad, sino de una relación entre dos personas: hacerla creíble para el espectador.

    Serio en las respuestas pero bromista con sus actores, especialmente con Damon, que no paró durante toda la rueda de prensa de hacer comentarios espontáneos sobre cualquier cosa, incluso sobre la escena en la que aparece desnudo y se le ve la marca dejada por el sol por haber llevado un tanga.

    Y sobre sus secuencias de cama con Douglas, el intérprete dijo, entre risas: «Ahora tengo cosas en común con Sharon Stone o Glenn Close: podemos vernos un día y contarnos historias».

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