Los aros, además de ser un accesorio clave en la moda, pueden realzar tus facciones si los eliges según la forma de tu rostro. Aquí te explicamos cómo seleccionarlos para que armonicen con tu estilo y estructura facial.
Si tenés el rostro redondo, optá por aros largos o angulares, como las líneas rectas o diseños geométricos, que estilizan y alargan la cara. Evitá los aros redondos o grandes, ya que pueden acentuar aún más la forma circular.
Para un rostro ovalado, prácticamente cualquier tipo de aro funciona, ya que esta forma es considerada la más versátil. Sin embargo, los aros medianos y las argollas suaves resaltan especialmente las proporciones naturales.
En el caso de una cara cuadrada, los aros redondos, curvados o de formas suaves ayudan a equilibrar las líneas fuertes de la mandíbula. Las argollas grandes son una excelente opción.
Si tu rostro es alargado, preferí aros cortos y voluminosos, como las argollas anchas o pendientes con detalles horizontales. Estos ayudan a dar la ilusión de un rostro más equilibrado.
Finalmente, las caras triangulares o de corazón lucen bien con aros que se ensanchan hacia la base, como lágrimas o diseños cónicos, que suavizan el mentón y equilibran los pómulos.