Luis Suárez y su increíble historia de amor

  • El goleador de Uruguay luchó desde abajo para jugar en Europa… Solo por reencontrarse con la chica de la que se enamoró a los 15 años. 

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    Antes de jurarle amor a la camiseta uruguaya, Luis Suárez se lo juró a una rubia de sonrisa tierna.

    Esta historia de amor empezó cuando Suárez tenía 15 años y no la pasaba bien. Estaba destrozado porque su padre Rodolfo se había separado de su madre, quien quedó sola con él y sus seis hermanos. Sumido en la pobreza, Luis jugaba al fútbol en las menores de Nacional de Uruguay, pero también barría calles y cuidaba autos para ganar un poco de dinero y ayudar en casa.

    No era un proyecto serio de futbolista. Debido a la depresión, Suárez le estaba regalando su tiempo a la bebida y la noche. ¿El colegio? Mal. ¿El fútbol? Lo quería dejar. Pero un buen día de 2002 conoció a una rubia de tierna sonrisa que lo enamoró desde el primer momento.

    “Era un adolescente, pero la conocí en el momento justo, porque ella me ayudó a corregirme, a darme cuenta quiénes eran mis amigos y quiénes no”, recuerda.

    Sofía Balbi tenía 13 años, dos menos que Suárez. Él la conquistó y se pusieron de novios. Luis entonces renació. Lo poco que ganaba iba para su familia. Sofía era totalmente distinta, de hogar solvente. Pero él no quería dejar de conquistarla.

    “He llegado a vender algo o he hecho algún esfuerzo con tal de demostrarle a ella que la quería, que quería estar con ella y hacerle un regalo”, cuenta el goleador.

    Luis era un adolescente feliz y su vida se reconstruía. Así como hoy él es clave para su equipo, Sofía también lo era para él. “Ponete las pilas, no dejes el colegio”, le decía siempre. Pero vino el segundo golpe. La familia de ella decidió mudarse a Barcelona debido a la crisis económica. Suárez no lo podía creer. Fue en octubre de 2003.

    “El día que nos despedimos, yo con 16 años y ella a punto de cumplir 14, era un ‘adiós, un gusto haberte conocido’ y no un ‘nos vemos’, por mi situación económica y por la de ella, que se iba buscando una mejor calidad de vida”, relata Suárez sobre aquel momento triste. Ese día lloró terriblemente.

    “O centras tu vida o te vas de aquí”, le dijo Ricardo ‘Murmullo’ Perdomo, su entrenador en menores. Una famosa frase que siempre aparece en las referencias sobre Suárez, y que él mismo valora. Entonces volvió a dedicarse y esta vez no lo paró nadie. Su objetivo siempre fue Sofía, Sofía y Sofía. Tanto que pidió ayuda a algunos dirigentes de Nacional para que pueda viajar a España. Y lo hizo varias veces.

    Luego todo para arriba. Suárez llegó al primer equipo de Nacional y en su primera temporada anotó 12 goles en 34 partidos. Unos agentes del Groningen de Holanda “se volvieron locos” por él, según cuentan ellos. A los 19 años, lo llevaron a Europa, el lugar soñado.

    Aún así, no era fácil para él viajar a Barcelona. Después de un tiempo, el atacante fue a la ciudad española y le pidió a los padres de Sofía que la dejen mudarse con él para que le dé estabilidad, porque no se acostumbraba a estar si ella.

    “Ella, aunque la gente no lo pueda creer, con 16 años y yo con 19 recién cumplidos se fue a vivir conmigo a Holanda, a un país que no conocíamos. Hicimos muchas cosas y hoy en día las estamos valorando muchísimo, las disfrutamos y tenemos la familia que siempre quisimos tener”, recuerda.

    Con ella al lado, su ascenso fue impresionante. Hizo 15 goles en 37 partidos y por 10 millones de dólares fue fichado por el Ajax. En su nuevo club se destacó aún más. Marcó 111 goles en tres temporadas. Fue capitán del equipo a los 23. Cuando anotaba, los festejos iban hacia Sofía.

    Se casaron en marzo de 2009. Y en agosto de 2010 nació Delfina, su primera hija. En esa temporada 2009-2010 hizo la brutal suma de 49 goles en 48 partidos. No quedaba duda: la rubia de sonrisa tierna era su secreto para tantos goles.

    Holanda no era su techo. Liverpool de Inglaterra pagó 30 millones de dólares para tenerlo y desde 2011 juega ahí. A su esposa le encanta la ciudad. Y él sigue enamorado como un niño. Más cuando nació Benjamín, su segundo hijo, en setiembre de 2013.

    Los goles no eran el fin, solo el medio para alcanzar lo que realmente quería: a la chica de sonrisa tierna.

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