Pasión y sufrimiento: Frida eterna

  • Amaba la vida, a pesar de su obra cruda y todo lo que tocó vivir.

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     “Pies, para que los quiero si tengo alas pa’ volar” – 1953

     

    Desde chica, siempre tuve una fascinación especial cuando iba a la casa de mi tía Lucy Yegros (Areté) a ver sus obras, sus libros, y su casa tan cargada y llena de recuerdos de cada una de las ciudades donde pudo exponer esas obras tan suyas que recorrieron el mundo. Mi Tía Areté es un alma libre, y transmite esa libertad en cada risa y cada palabra. La recuerdo luciendo esas túnicas y faldas amplias; y cuando llegué a México por primera vez, además de pedirme un vestido color rosa mexicano, me habló de una mujer maravillosa. Es ahí cuando conocí a Frida Kahlo.

    Areté.

    Areté.

    Magdalena Carmen Frida Kahlo, la pintora mexicana por excelencia, casada con el muralista Diego Rivera y con una vida atípica: Fue bisexual (hasta amante de Dolores del Rio y Leon Trotski), y se vio enormemente marcada por el sufrimiento y la pasión, que finalmente resultarían siendo la inspiración de su obra. Casi el 80% eran autorretratos; desde la pasión y el amor que inspiraba su amor Diego, hasta la angustia de vivir con problemas físicos desde tan temprana edad.

    En 1913, Frida contrajo poliomielitis, lo que significó el inicio de una serie de enfermedades. Debido a esto estuvo varios meses en cama y su pierna derecha resultó ser más débil y frágil que la izquierda. Poco después, a los 18 años, sufrió un accidente en el bus donde viajaba y su columna quedó fracturada en varias partes. Después de 32 operaciones, de conocer a Rivera y de muchas limitaciones decidió que era momento de VIVIR LA VIDA.

     

    “Yo sufrí dos accidentes graves en mi vida, el otro accidente fue Diego”

     

    Frida y Diego.
    Frida y Diego.

    Frida se casó con Diego en 1929 y juntos fueron los “rockstars” de la época. Amigos de los intelectuales más importantes de su generación (André Breton, Pablo Picasso, Tina Modotti) supieron ganarse al mundo desde la hoy histórica Casa Azul en Coyoacán, delegación al sur de la Ciudad de México. Juntos vivieron una relación abierta y apasionada, se divorciaron en 1939 y al año volvieron a casarse; en este caso el vínculo creativo era tan fuerte, que logró triunfar por encima de esa pasión descontrolada: El arte fue el amor entre Frida y Diego.

    “Viva la vida”

    A pesar de su obra cruda y todo lo que tocó vivir, Frida amaba la vida y lo manifestó hasta el último minuto. El colorido de sus obras y su vestir, la admiración por Diego y el deseo de ser recordada eran el motor de su vida.

    Mi heroína Frida, la que luchó con pasión hasta el último minuto, que conquistó un mercado que en ese momento era exclusivamente masculino, y supo hacerle frente al “que dirán” dejando una huella imborrable. Frida quería ser admirada, y finalmente lo logró cuando pasó a la inmortalidad un 13 de Julio de 1954. Las últimas palabras escritas en su diario dicen lo siguiente:

     

    Frida.

    Frida.

    “Espero que la partida sea feliz, y espero nunca regresar”

     

    Hoy su deseo es realidad. Frida es una verdadera inspiración para otros pintores, además de influenciar en la literatura, el teatro, la moda y la vida misma.

    ELLA es la Kahlo. La mujer que supo tener alas para volar.

    (Youtube | Chavela Vargas – “La llorona” de la película Frida 2002)

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