¿Cómo hablar de sexualidad con nuestros hijos?

  • Dentro de los talleres o charlas para padres sobre la crianza de los hijos, nunca falta la pregunta ¿Cómo hablamos con nuestros hijos sobre esto? ¿Qué decirles y que no decirles?

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    Por Antonella Roveglia

    Psicóloga Clínica y Educadora Sexual.

    Como la mayoría de las lectoras pueden estar atravesando la etapa de la maternidad, o ser tías, madrinas o amigas de mujeres que no saben cómo abordar este tema, nunca está de más informarse y contar con herramientas científicas y válidas para enfrentar este momento de incertidumbre que genera hablar de sexualidad con los chicos.

    Foto: heymcki.com

    Vale aclarar que son sumamente válidas las sensaciones de angustia que sienten los padres cuando son enfrentados por sus hijos con preguntas sobre esta amplia premisa. De todos modos hoy en día, no querer hablarlo no puede ser una opción. La información les llegará igual, pero si se dialoga, nos aseguramos de generar un espacio de intercambio saludable y de confianza dentro de la familia, sobre todo con un tema que puede volverse delicado.

    Dependiendo de la etapa en la que se encuentren, se podrán delimitar los contenidos a tratar. La sexualidad debe hablarse desde los primeros años de vida, alrededor de los 2 o 3 años. En esta edad es importante explicarles sobre las partes de cuerpo, su funcionamiento y no dejar pasar la problemática del abuso sexual explicando la urgencia con que los niños pequeños deben contárselo a sus padres, sin importar quien haya sido el adulto o adolescente que intentó agredirlos. Para una etapa próxima, de los 5 a los 7 años, los niños cuestionaran de donde vienen los bebes y aquí es responsabilidad de los padres poder informarse primero para poder transmitir en un lenguaje sencillo pero con los términos correctos, sin tantas fantasías que muchas veces terminan confundiendo más a los chicos. Luego vendrá la pre-pubertad y pubertad que se desarrolla entre los 9 y 14 años, con los primeros cambios físicos y psicológicos. Durante este momento no se puede obviar conversar sobre la menstruación en las mujeres y las primeras eyaculaciones en los varones, tanto niños como niñas deben poder entender las diferencias que se dan en ambos géneros. Tratarlo solamente en el instante que ocurre los toma por desprevenidos y puede ser tarde para querer conversarlo.

    La adolescencia será la instancia más compleja y ardua para que se den conversaciones entre padres e hijos. El despertar sexual, los primeros intercambios amorosos y correr riesgos caracterizan a este punto del desarrollo sexual, donde los chicos necesitan más que nunca el acompañamiento de los adultos. Y desde este aspecto vuelvo a focalizar lo significativo que se torna que los padres deben orientar desde los inicios de la vida para que los adolescentes los consideren referentes y les brinden su confianza cuando crezcan. La clave del abordaje en esta instancia es encontrar el equilibrio entre el cuidado y el respeto a la intimidad. El espacio privado es sumamente necesario para cualquier persona que se está formando, se necesita atravesar ese proceso de autoconocimiento, sin sentirse asfixiados. Ya no son niños pero tampoco aún son adultos. Existirán dudas e inseguridades, el rol de los padres es darles el espacio para que ellos se acerquen cuando lo necesiten, sin juzgar y en una postura de escucha. Las posibilidades de un embarazo y las enfermedades de transmisión sexual, serán las temáticas que predominen en los miedos de los padres, pero que normalmente el adolescente no percibe como si le fuese a ocurrir a ellos. La sexualidad debe englobar la salud pero también el aspecto placentero y afectuoso que implica vincularse con otro, estigmatizar el sexo, solo posiciona al joven a la defensiva y lo aleja de educarse con fuentes certeras.

    La paternidad implica mucho compromiso, pero seguramente no haya como la gratificación de saber que los hijos acuden primeramente a sus padres en caso de tener alguna duda o compartir un momento importante en su vida. Las relaciones entre padres e hijos se construyen y se modifican constantemente y siempre hay una oportunidad para que se fortalezcan.

     

    *Para turnos y consultas comunicarse al (021) 225 305 – (021) 222 707

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