7 hábitos que generan cambios en el bienestar emocional

  • Una experta nos habla sobre los pequeños cambios que ayudan mucho más de lo que pensamos en el día a día.

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    Aunque con el ritmo de vida que llevamos a veces es complicado, es importante aprender que esas pequeñas cosas como aprovechar los olores de la ducha o dar un paseo a la luz del día construyen nuestro día.

    1. Pasear al aire libre antes de las 10 de la mañana

    Pasar tiempo al aire libre ayuda a regular nuestros ritmos circadianos. Las mañanas marcan el tono para todo el día y construyen la noche. Es importante pasear bajo la luz solar al menos media hora antes de las 10 de la mañana.

    2. Si tienes un mal día acéptalo

    Los malos días existen e intentar cambiarlos solo resta energía. Tampoco se trata de cambiarlos, sino simplemente de poner en práctica ciertos gestos como ser más amable contigo, no tener expectativas muy altas, decir no, etc.

    3. Una ducha energizante y un ejercicio de respiración

    Empezar bien el día también depende una ducha energizante que termine con un minuto de agua fría y hacer sencillos ejercicios de respiración. Basta con respirar por la nariz 7 segundos y exhalar en 11.

    4. Cenar tres horas antes de irse a la cama

    De acuerdo a la experta, es importante no comer, al menos, tres horas antes de irse a la cama para asegurarse de que los niveles de insulina se mantienen correctamente.

    5. Crear rutinas de noche

    Crea rutinas de tarde-noche antes de irse a la cama: desde encender una vela y respirar de forma consciente el aroma de almohada, pasando por 15 minutos de rutina de belleza o leer antes de irse a la cama. Todo suma.

    6. Alejar el móvil de la cama

    Solo se trata de alejar el móvil y ponerlo en el extremo contrario de la habitación. También es importante no pulsar el botón de repetición para dormir un poco más porque si lo haces liberas cortisol, la hormona del estrés.

    7. Aceptar que la perfección no existe

    Hacemos malabares para llegar a todo, pero la clave está en aprender que no podemos hacer todo perfecto. ¿Quién es perfecto? Nadie lo es. Y de hecho, es importante que nuestros hijos lo aprendan y lo vean.

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