Semen de toro y placenta en cosméticos, ¿realidad o mito?

  • Los ingredientes secretos de las cremas y los perfumes.

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    Isabel Pelaez –EFE.

    La elección de un cosmético viene motivada por una fragancia sublime, un color llamativo o una textura suave. Estas propiedades se obtienen, en ocasiones, de componentes extraordinarios como la placenta humana o el semen animal, a pesar de que la generalización de productos sintéticos ha remitido su uso.

    La placenta que protege al feto durante el embarazo contiene una serie de ácidos y proteínas idóneos para fortalecer el tejido de la piel, así que contribuye a la eliminación de las arrugas y es ideal para tratamientos capilares, según los expertos.

    La urea es otro producto recurrente en los cosméticos: contenida, entre otros, en la orina, se utiliza en la composición de desodorantes, cremas, champús y hasta en enjuagues bucales, por sus propiedades ricas en vitaminas para retener el agua.

    Sustancias insólitas

    “Detrás de estos ingredientes hay mucha publicidad”, dice Herrera Acosta ¿Y el semen de toro? Aunque no es habitual, algunos tratamientos de peluquería han recurrido al esperma de este animal como sustancia natural para realzar el brillo del cabello; eso sí, mezclado con otros potingues que neutralicen su fuerte olor.

    Sin embargo, el dermatólogo Enrique Herrera Acosta advierte de que, detrás de la utilización de estos ingredientes, residen “estrategias de publicidad” encaminadas  a vender , más por “el impacto” que produce el origen de los productos que por la calidad real del cosmético.

    Lo cierto es que la dermatología se ha aprovechado tradicionalmente de la Naturaleza con el fin de diseñar productos que embellezcan y cuiden la piel.

    Esperma de ballena, rosa mosqueta y aloe vera

    Un parásito, la cochinilla, se utiliza para conseguir el carmín de los pintalabios. Los lípidos (grasas) extraídos del esperma de ballena, por ejemplo, se utilizan en algunas cremas hidratantes, y derivados de plantas como la rosa mosqueta, el aloe vera y el aceite de enebro se emplean en muchas fórmulas.

    Tanto o más conocido es el uso de la cochinilla, un insecto que parasita algunas plantas y tiene aspecto de cucaracha, para conseguir el color carmín de los pintalabios; los expertos ahogan a estos bichos en agua caliente, los secan y, por último, los muelen hasta conseguir un polvo fino de tonalidad rojiza.

    Los aztecas e incas ya conocían el colorante carmín de este parásito y lo empleaban en el tinte de tejidos. Además, algunos yogures, mermeladas, gelatinas, bebidas alcohólicas, pastas dentífricas y polvos faciales llevan extracto de cochinilla.

    Unos labios sensuales han de complementarse con unas uñas brillantes, y, en la elaboración de los esmaltes, es habitual que los cosmetólogos recurran a las escamas de los peces para conseguir un efecto luminoso en pintauñas, lociones o lápices labiales.

     Cosméticos naturales, desde siempre

    El uso de cosméticos naturales se remonta a la Antigüedad: las mujeres egipcias resaltaban sus ojos con un grafito en polvo de color negro llamado “kohl” y utilizaban óxido de hierro para pintarse los labios.

    En Roma, los dientes se blanqueaban con piedra pómez en polvo, y las griegas ennegrecían sus pestañas con una mezcla de huevos de hormigas y moscas trituradas.

    El cannabis es otro producto generalizado. Reivindicado por algunos médicos por sus efectos paliativos en el tratamiento de ciertas enfermedades, también se utiliza en cosmetología.

    De hecho, existen marcas que emplean extracto de cannabis y aprovechan su efecto antiinflamatorio (este uso es legal). Además, su utilización tópica “no produce efectos de alteración de la conciencia”, dice Herrera Acosta.

    El líquido con el que la civeta marca su territorio fue utilizado, supuestamente, en el  Chanel número 5

    La obsesión de los perfumistas es obtener productos que ericen el vello de quien los huele. En este sentido, nada mejor que las feromonas contenidas en los testículos del castor y otros animales, como vehículo de atracción y “agitación de los sentidos”, como anuncian algunas firmas en internet.

    El líquido con el que la civeta, un mamífero parecido al gato, marca su territorio es popularmente conocido como almizcle, una sustancia natural que Chanel número 5 supuestamente utilizó hasta su reemplazamiento por una versión sintética, como consecuencia de las presiones que recibió por parte de organizaciones pro derechos animales.

    Lo importante, dice Herrera Acosta, es “distinguir” entre parafarmacia y medicamentos, así como evitar “los productos milagro”, que aluden a ingredientes fantásticos sin “ninguna base científica”.

    Detrás de estos insólitos componentes hay, sobre todo, “mucho negocio”, dice el dermatólogo. A la hora de elegir un cosmético, “es recomendable” recurrir a un experto que “sabe recetar el producto adecuado al tipo de piel o a la patología concreta que presente la persona”

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