Pistolas eléctricas contra el acoso sexual

  • Jóvenes voluntarios egipcios se movilizan contra el acoso sexual, lacra acentuada durante los tres días posteriores al fin del Ramadán, con pistolas eléctricas en los bolsillos e incitando a los ciudadanos a denunciar a los acosadores.

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    «Unos quince jóvenes rodearon el taxi en el que viajaba una señora e intentaron sacarla del auto. Pretendían violarla en grupo pero nuestros chicos se pegaron al vehículo protegiéndola hasta que llegó la Policía», explica a Efe Hala Mustafa, una de las voluntarias que trabaja estos días contra el acoso en Egipto.

    Las autoridades egipcias endurecieron recientemente las penas de cárcel en estos casos y, el pasado 16 de julio, un tribunal cairota condenó a 9 hombres a penas entre 20 años de prisión y cadena perpetua por agredir sexualmente a varias mujeres en la plaza cairota de Tahrir.

    Sin embargo, no parece que los acosadores hayan entendido las amenazas, al menos según la encuesta realizada por la iniciativa «Vi acoso», que ha sido testigo de más de sesenta casos en los últimos tres días sólo en El Cairo y la ciudad de Kafr el Sheij.

    El 67 por ciento de las mujeres reconocen sufrir el mismo acoso que antes del endurecimiento de la ley y el 91 asegura que la sentencia no ha producido efecto en los hombres egipcios.

    Durante el Ramadán, además de ayunar desde la salida hasta la puesta del sol, los musulmanes deben abstenerse de mantener relaciones sexuales y evitar actos considerados pecado como tener pensamientos indecentes.

    óvenes voluntarios egipcios se movilizan contra el acoso sexual, lacra acentuada durante los tres días posteriores al fin del Ramadán, con pistolas eléctricas en los bolsillos e incitando a los ciudadanos a denunciar a los acosadores. EFE/Imane Rachidi.

    óvenes voluntarios egipcios se movilizan contra el acoso sexual, lacra acentuada durante los tres días posteriores al fin del Ramadán, con pistolas eléctricas en los bolsillos e incitando a los ciudadanos a denunciar a los acosadores. EFE/Imane Rachidi.


    Las mujeres interpretan que deben vestir ropa más conservadora para no llamar la atención.

    Tras ese mes de recogimiento, los tres días posteriores al final del Ramadán, que corresponden a la festividad de «Eid al Fitr», suelen ser en los que más se acentúa esta lacra y por eso los voluntarios se ponen manos a la obra para concienciar y evitar el máximo de casos posibles.

    «Intervenimos siempre que sea necesario y utilizamos las pistolas eléctricas para protegernos y proteger a las víctimas. Intentamos trabajar en coordinación con la Policía, pero eso no es suficiente», explica a Efe Fathi Farid, que dirige la sala de operaciones.

    Han contabilizado 14 casos durante el primer día del Eid, 16 el segundo y al menos 35 ayer, última jornada de esta festividad, lo que les ha llevado a concluir en un informe que la Policía necesita formación, entrenamiento y material para hacer frente a esta lacra.

    El grupo de voluntarios, chicos y chicas de entre 17 y 25 años, se preparan en un apartamento de una céntrica calle cairota, con los folletos de denuncia en un bolsillo y una pistola eléctrica en el otro para desplegarse en diversas zonas del centro entre las 12.00 hora local (10.00 GMT) y las 22.00 (20.00 GMT).

    «Las pistolas son para intervenir en caso de que sea necesario. La Policía no las ha autorizado pero no nos queda más remedio que recurrir a ellas», dice Mustafa, del grupo «Vi acoso».

    Denuncia la pasividad de los ciudadanos en la calle ante los casos de acoso o violencia sexual porque, lamenta, «se han convertido en algo tan habitual que muchos han aprendido a convivir con ello».

    El portavoz del Ministerio del Interior, Ayman Helmi, aseguró a Efe que tienen constancia de tan sólo seis casos de acoso sexual en el centro de El Cairo, tres de los cuales «alcanzaron lo físico».

    Helmi añadió que un nuevo equipo de Policía especializada en la lucha contra el acoso se ha desplegado durante la festividad en los puntos más «sospechosos», como las calles colindantes a Tahrir o las puertas de los cines.

    Los voluntarios reparten por las calles las papeletas en las que explican la necesidad de denunciar el acoso, bajo la mirada sorprendida de muchos viandantes e incluso los insultos de adolescentes que se mofan de su trabajo y les gritan que las mujeres son las que desean ser acosadas.

    Los organizadores de la campaña denuncian que el acoso sexual a las mujeres llega a alcanzar el 90 por ciento en todo el país y advierten de que el 30 por ciento de ellas lo sufren a diario.

    El 2013, por las mismas fechas, está organización contabilizó 65 casos de acoso sexual en grupo, un dato similar al de este año.

    Una de las voluntarias asegura, bajo condición de anonimato, que se necesita concienciar a mucha gente y a los policías porque la mayoría no acude a la llamada de socorro de las víctimas y todavía no es consciente de las dimensiones de este problema.

    «Lo ven como algo normal, que ellos mismos hacen», advierte, para lamentar que la mayoría de las mujeres opten por no denunciar porque «nadie les hará ni caso». EFE/Imane Rachidi

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