Patty Paredes: «La Chiperita fue como un cuento de hadas»

  • La joven actriz que dio rostro al personaje de Virgilia en la película paraguaya disfruta de la experiencia de haber hecho cine y comenta lo que quiere para su futuro.

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    El rostro principal de la película paraguaya La Chiperita pertenece a Patricia Paredes, que en la producción interpreta a Virgilia, una dedicada hija y una disciplinada mujer de trabajo.
    Como en toda comedia romántica, ya sea hecha en Hollywood o en cualquier parte del mundo, importa bastante que la pareja protagonista tenga credibilidad y conquisten no solo a la pantalla, sino al público frente a ella. Este logro siempre se consigue de a dos, y cuando no funciona, hablamos de una película más del montón.
    No es el caso de esta obra paraguaya, firmada por Hugo Cataldo, donde la cámara se posa en un momento cerca del final en los rostros de sus dos actores principales. Por un lado está Bruno Sosa, a quien ya consideran un «galán» del audiovisual paraguayo, y por el otro lado está Patty Paredes, con una mirada tierna y pícara.
    Es el resultado de muchos años de estudio y pasión, como lo asegura la actriz recibida. Se trata de un amor nacido cuando era pequeña, ya que su primera incursión en el arte se dio en una de sus primeras casas de estudio, una institución escolar con énfasis en cultura paraguaya.
    «Aprendí sobre declamación en Guaraní, teatro popular, arpa, canto y danza clásica y paraguaya», comenta Patty sobre sus primeras experiencias, las cuales se dieron luego de que su familia se mudara de Asunción a Ñemby, cuando ella tenía seis años.
    «Crecí con la ilusión de algún día poder trabajar como artista, ya sea en la danza o en la actuación», explica la actriz refiriéndose a sus sueños, aunque agrega que «jamás se imaginó que su primera oportunidad sería ser la protagonista de una película».
    Así como Bruno Sosa, ella también de grande estudió en TIA, la escuela de actuación de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori. Sobre eso, comenta «TIA me dio la base de las técnicas y La Chiperita me graduó», aunque no evita hablar sobre sus miedos y expectativas con respecto a la actuación y el proyecto de participar en una película.
    Dice que su primera experiencia, la de esta comedia romántica a la paraguaya, fue como un cuento de hadas, pero recuerda que al principio no quiso presentarse al casting. Solo accedió a hacerlo luego de que su compañero, Celso Franco, insistiera en ello.
    «Desde el principio me entregué al proyecto porque me enamoré de la historia, me pareció algo digno de contar», explica la actriz, reflexionando además que para ella, la historia de La Chiperita, es como «una radiografía de nuestro país».
    En el sentido de que la producción fue como una «graduación» para ella, añade que está satisfecha habiendo dado lo mejor de ella y habiendo puesto en práctica todo lo aprendido de sus maestros de la escuela de actuación.
    «Creo que eso se refleja en el personaje que me tocó construir.»
    Este proyecto es como su presentación al mundo audiovisual, y ahora ella ya tiene otras propuestas, tanto en el ámbito audiovisual como en el teatral, pero las ofertas todavía no están definidas, por lo que prefiere no entrar en detalles.
    Sin embargo, asegura que lo que más quiere es seguir aprendiendo, por lo que espera que se puedan concretar las propuestas que tiene en la mesa en este momento y cualquier otro que aparezca más adelante.
    Patty no tiene intenciones de limitarse, y espera que La Chiperita haya posibilitado que se le abran las puertas para seguir incursionando en este tipo de trabajo. Ella ve en su futuro más teatro, más cine, y también algo de telenovelas, si la oportunidad se presenta.
    «Me gustaría que me vean como la chica soñadora que soy, con ganas de cumplir cada uno de mis sueños, motivando a cada uno de los que me rodean», ansía ella, pensando en lo que le espera. «Si uno es fiel a sí mismo todo se puede lograr».
    Desea para su carrera el desafío de interpretar personajes que puedan «probar su capacidad camaleónica como actriz». La Chiperita fue un buen comienzo, pero el horizonte se ve muy prometedor para ella.
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