Invierno, ¿Cómo abrigo a mi bebé?

  • Consejos de cuánta ropa poner a los más chicos.

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    El tema de la ropa de los bebés es un tema muy delicado por razones bastante evidentes. El caso es que tenemos la costumbre de abrigar a los niños como si estuvieran a punto de entrar en un congelador y realmente no hace falta abrigarlos tanto. Estamos en invierno y hace algo de frío cuando el sol se esconde, así que algunos consejos de cómo debemos abrigar a los bebés y a los niños, no está demás.

    Cómo abrigar a los bebés recién nacidos

    Los recién nacidos no tienen apenas grasa y su sistema de termorregulación no funciona demasiado bien. A esto hay que sumar que no caminan, no se mueven, y por ello, cuando están en la calle, no generan calor con el movimiento como sí hacemos nosotros.

    Tras decir todo esto puede parecer que un bebé tenga que llevar, en invierno, un traje de esquimal. Sin embargo, pese a que hay que abrigarlo, no debemos pasarnos, porque corremos el riesgo de abrigarlo demasiado y que su cuerpo llegue incluso a hacer febrícula.

    Se suele decir que lo recomendable es que lleven una capa más que nosotros, así que eso es lo que debemos hacer. Un body, una remera o jersey y un saquito es suficiente para abrigar a un bebé con las temperaturas actuales. Si hace tanto frío, una gorra, una bufanda y su manta ya está bien para abrigar al bebé.

    Hemos dicho que no caminan, así que eso es un punto a tener en cuenta. Como no generan calor con el movimiento seguro que pasarán más frío que nosotros. Sin embargo debemos tener en cuenta también que muchos van dentro de un cochecito y, por lo tanto, no padecen el efecto del aire y el viento.

    Si a ello le sumas que dentro del cochecito aún hay quien les pone una manta, todo ello no hace más que confirmar que la regla de “una capa más que nosotros” es perfectamente válida.

    Si sale el sol, si vemos que hace buen tiempo, la manta puede hasta sobrar. En tal caso lo idóneo es tocar la frente o el cuello de los bebés para ver si están teniendo calor o incluso estén sudando.

    Una vez que el bebé pasa de los tres meses muchos tienen ya un poco de grasa corporal y mantienen mejor la temperatura. Esto significa que necesitan menos ropa que los bebés, aunque no mucho menos entonces procedemos a abrigarlos al       igual que nosotros o un poco más dependiendo de la temperatura que se tenga en el momento.

    Si los niños no van en un carrito

    Estamos muy acostumbrados a la imagen de un niño metido en el carrito y por eso se suele hablar de ello como de la norma. Sin embargo, es muy habitual, y cada vez más, que los niños vayan en mochilita o fourlard, cerca del cuerpo de mamá o papá y eliminando el efecto anti-aire y la manta del cochecito.

    En tal caso debemos tener esto en cuenta para salvaguardar del frío las partes distales del cuerpo (manos, pies, orejas y nariz) y valorar la cantidad de ropa que le vamos a poner en base a lo cerca que va a estar de nuestro cuerpo. Si nos colgamos al bebé con la campera le pasaremos menos calor que si lo llevamos delante con la campera (nuestra) abierta.

    Digamos que todo es ir probando y comprobar cómo está su temperatura como hemos comentado antes: mirando la frente y el cuello, que son mejores indicadores que las manos y los pies, que pueden estar algo fríos sin necesidad de que el niño o bebé tenga realmente frío.

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