- octubre 4, 2014
DJ Angie se declara musulmana y la primera pinchadiscos profesional del archipiélago de las Maldivas, todo un logro en un país donde el islam, la religión oficial del Estado, choca con la imagen de bikini y cóctel que poseen las islas.
Pero quien intente imaginarse a DJ Angie (Malé, 1987) que no piense en una joven con el cabello cubierto por un pañuelo y que usa camisas de manga larga; lejos de eso, la sensualidad transpira por los poros de esta artista maldiva, con su flequillo a la última moda y camiseta escotada.
La disc-jockey Angie explica a Efe que aunque «hay muy pocas mujeres que se dediquen a la música» en las Maldivas, pueden optar por esta profesión porque es una sociedad «con una fuerte tradición matriarcal y con una visión liberal del islam».
También porque existe la otra Maldivas que solo conocen los turistas, esas islas repletas de hoteles de lujo sobre aguas cristalinas donde, a diferencia del resto del archipiélago, «está permitido el consumo de alcohol».
El archipiélago de las Maldivas lo forman 1.190 islas, de las que solo 200 están habitadas y de ellas la mitad están dedicadas en exclusiva al turismo, la principal fuente de ingresos de este país situado en el Océano Índico, al sur de la India.
La congestionada capital Malé es un ejemplo de esas «dos Maldivas», donde en menos de 2 kilómetros cuadrados viven casi la mitad de los 350.000 habitantes del archipiélago y para los que, como dice DJ Angie, apenas hay oferta cultural.
«Hace unos años anticipamos una revolución musical en las Maldivas, sin embargo tendrá que esperar debido al cambio de Gobierno -el liberal Mohamed Nashid fue derrotado en las elecciones de hace un año por el conservador Abdulá Yamín-«, asegura la DJ.
«Los conciertos se celebran sobre todo en las islas turísticas. (…) Espero que el nuevo presidente abra nuevas puertas para los músicos, especialmente las mujeres, para que así tengamos un futuro», continúa, aunque se muestra escéptica al respecto.
Fue en el extranjero donde Angie descubrió su pasión por la música, en especial la electrónica, en sus modalidades «chill out, minimal o tecno».
En 2004, mientras estudiaba en Malasia, empezó a frecuentar diferentes festivales de música y comenzó su fascinación por ese mundillo.
Cinco años después, gracias al apoyo de un amigo, se trasladó a Sri Lanka, donde se formó para ser DJ, una carrera que culminó en 2013 con un curso de producción electrónica en Tailandia.
Pero cuando DJ Angie quiso comenzar a pinchar discos en los diferentes centros turísticos del archipiélago, se dio cuenta de que todo estaba copado por unas pocas agencias de espectáculos, lo que hacía muy difícil pinchar como profesional independiente.
«No necesitamos a una maldiva DJ», recuerda Angie que le dijeron en su primer intento de trabajar como pinchadiscos, según una entrevista al diario local Minivan.
«Ni siquiera me escuchaban pinchar. Es triste, estoy segura de que hay muchas mujeres con los mismos intereses que yo, pero debido a motivos religiosos y culturales son incapaces de hacer lo que quieren», sentencia la DJ a ese medio maldivo.
Además de una amante de la música, Angie se declara activista contra el cambio climático.
A Angie le gusta decir que nació el mismo mes -abril de 1987- en el que se produjeron las grandes mareas en las Maldivas que cubrieron por completo islas como Malé, lo que puede que haya influido en su concienciación ecologista.
«Mi mayor preocupación es que no existe diálogo sobre este tema. Maldivas es el país más bajo del mundo y es triste ver que muy poca gente hace algo. Apoyo a los que luchan contra el cambio climático y espero que cuando produzca mi propia música pueda colaborar en hacer frente a este problema», sentencia. EFE