- noviembre 25, 2024
Una alimentación equilibrada, junto con una buena hidratación, no solo beneficia la salud física, sino también el bienestar general para disfrutar al máximo de esta temporada.
El verano es la estación perfecta para disfrutar de alimentos frescos, ligeros y nutritivos. Con el aumento de las temperaturas, el cuerpo necesita adaptarse a los cambios climáticos, lo que hace esencial elegir adecuadamente los alimentos que consumimos.
En esta temporada, la hidratación es clave. Frutas como sandía, melón, naranjas y fresas, con alto contenido de agua, son ideales para mantener el cuerpo fresco y prevenir la deshidratación. Además, estas frutas son ricas en vitaminas y antioxidantes, fundamentales para proteger la piel de los daños solares.
Las ensaladas son una excelente opción para las comidas principales, ya que permiten combinar vegetales frescos como lechuga, pepino, tomate y zanahoria, que aportan fibra, vitaminas y minerales esenciales. Para equilibrar el plato, se pueden añadir proteínas ligeras como pollo, atún, huevo o legumbres, y grasas saludables como el aguacate o los frutos secos.
Evitar los alimentos pesados y grasosos es fundamental para prevenir la sensación de pesadez y calor extremo. Las comidas fritas pueden sustituirse por opciones al vapor, a la parrilla o al horno, que son más fáciles de digerir en esta época.
Los helados y bebidas azucaradas suelen ser populares en verano, pero es recomendable optar por alternativas más saludables, como helados caseros a base de frutas o infusiones frías sin azúcar añadida.
Finalmente, recuerda que las porciones pequeñas y frecuentes ayudan a mantener la energía y evitar la somnolencia típica de las altas temperaturas.