- julio 14, 2013
Las sociedades modernas han traído consigo una cantidad de beneficios y comodidades para el ser humano de la mano de la tecnología y los avances médicos, por ejemplo.
El mundo del trabajo también se ha transformado modificando el rol de los sujetos: de simples ejecutores de tareas se ha pasado a trabajadores que aspiran a desempeñarse en empleos que les permitan tomar decisiones con cierta autonomía, realizar tareas significativas y con impacto social.
Esos son los trabajadores más proclives a ser víctimas del “síndrome de cabeza quemada”, una vez que sus aspiraciones profesionales se ven frustradas por una realidad cada vez más compleja. Otras causas pueden ser el “inmovilismo” laboral y el desempleo.
Es allí donde la psiquis, el cuerpo y el comportamiento comienzan a verse afectados en distintos niveles, experimentando agotamiento, falta de energía, malhumor, insensibilidad y hasta cinismo. Todas estas conductas colaboran con una baja eficacia laboral.
Entre los síntomas de quienes padecen este mal se cuentan palpitaciones, taquicardias, pinchazos en el pecho, aumento de la tensión arterial, dolores musculares, contracturas, dolores de cabeza, dificultades digestivas, inapetencia, disminución del deseo sexual y dificultades en el sueño.
Diferencias entre burnout y el clásico estrés laboral
El psiquiatra y especialista de la Universidad de Zaragoza Javier García Campayo, en diálogo con Infobae América, explicó que el estrés laboral es solo la primera fase del burnout: el síndrome de “cabeza quemada” aparece cuando el estrés laboral se vuelve crónico.
Las profesiones más afectadas por este síndrome son las que tienen un costado claramente vocacional y de servicio al otro, en las que existe una alta implicación entre el sujeto que presta el trabajo y el sujeto receptor del mismo.
Aquí, el listado de las profesiones más afectadas por el burnout:
-Docentes
-Enfermeros
-Médicos
-Psicólogos
-Asistentes geriátricos
-Comerciales
-Abogados
Aunque entre las primeras tres profesiones hay un porcentaje de afectados por burnout de entre el 25 y el 40%, García Campayo afirma que en todas las profesiones existe una prevalencia del 10% de este mal.
Para combatir el burnout, los expertos coinciden en recomendar pequeñas pausas a lo largo de la jornada laboral, además de dedicar un tiempo mínimo semanal al ocio. Lo más aconsejable sin embargo, es acompañarlo de un tratamiento psicoanalítico adecuado.
Además de los consejos orientados al individuo, los especialistas sugieren distintas estrategias organizacionales para prevenir el burnout y sus consecuencias en términos de costos laborales para las empresas. Las inversiones en recursos humanos, sumado al establecimiento de estructuras más horizontales, mayor autonomía, y el fomento del trabajo en equipo, son algunas de las opciones.
Fuente: america.infobae.com