No es solo una cuestión de peso, porque esta condición afecta en muchos aspectos la salud física y emocional.
La obesidad tiene un doble efecto negativo en la salud del adolescente, ya que afecta al desarrollo de sus órganos y provoca efectos psicológicos negativos, pues se ven y se sienten diferentes a los demás.
Además, la obesidad limita la realización de algunas actividades, como correr o hacer deportes. Y en este sentido, la imagen corporal puede ocasionar problemas de autoestima o rechazo social.
De acuerdo al portal Hola.com, la obesidad necesita de una intervención en varios frentes:
– Actividad física. Hay que motivar a los adolescentes para que practiquen un deporte y, además, enseñarles pequeños cambios en su rutina diaria que aumente su actividad física.
– Plan de alimentación. El adolescente con obesidad debe seguir un plan de alimentación hipocalórico y equilibrado adaptado a él. Ese plan debe ser asumido por toda la familia.
– Apoyo emocional. Hay que ofrecer a los adolescentes con obesidad apoyo emocional para que no sufran trastornos del ánimo, de la conducta alimentaria o de su adaptación social.
En definitiva, la obesidad en jóvenes necesita de un abordaje multidisciplinar en donde la familia debe implicarse para conseguir modificar los hábitos insanos que podrían continuar en la edad adulta.
