- julio 2, 2013
Tu perro o gato puede sumarse a los mimos hacia el nuevo integrante de la familia. Te cuento cómo.
La mayoría de las personas que acuden a mi consulta son parejas jóvenes. Piden consejos sobre cómo educar a sus mascotas para no equivocarse. Generalmente establezco una relación de amistad con los propietarios de mascotas por lo cual, luego de un tiempo, no falta la llamada urgente de las propietarias, preocupadas porque están embarazadas.
Generalmente somos las mujeres las que consentimos más a nuestras mascotas, entonces no es raro que la preocupación de desplazar a la mascota por un bebé sea estrictamente nuestra. La mayoría me pide consejos para que la mascota no sienta celos por el bebé que llegará, pero también están las que quieren mi aprobación para mudarla a otro hogar porque tienen miedo a que esta sea un peligro para el bebé.
A modo de eliminar miedos, que son normales a lo desconocido, o errores que se puedan cometer a la llegada del bebé a casa, aquí van algunos datos importantes y consejos.
1. Mascotas al día con su plan sanitario.
Si tu perro o gato se encuentra al día con sus vacunas (séxtuple, héptuple, antirrábica, triple felina, antiparasitarios) y antiparasitarios no deberías preocuparte. Lo ideal sería que vaya a darse un buen baño a la veterinaria cada 8 a 15 días para evitar parásitos externos como pulgas o garrapatas, de esta manera también el veterinario puede observar al perro o gato y alertará a la familia si observa alguna enfermedad.
2. Tus mascotas son beneficiosas para la salud física y mental de tu bebé.
Estudios realizados recientemente indican que la exposición de los niños desde edad temprana a mascotas reduce drásticamente las afecciones respiratorias, de oído y alérgicas en los chicos. También algunos niños se recuperan con mayor rapidez, esto significa menor cantidad de antibióticos, lo cual es una gran ventaja. Otros estudios indican que los niños que crecen con mascotas en casa tienen mayor seguridad en sí mismos, mayor autoestima y mayor noción de la responsabilidad en comparación con aquellos que no tuvieron mascotas.
Por lo cual, no es absolutamente preocupante, si de vez en cuando el perro o gato lame con gran entusiasmo las manos o cara del bebé.
3. Tu mascota puede ser una gran niñera.
El error suele radicar en el momento en que la mujer se entera de que está embarazada y deja de lado completamente a su mascota que era sumamente mimada. De un día para otro el perro o gato no entiende por qué ya no lo dejan subir a la cama o sofá, ya no lo acarician como antes. A esto sumémosle que cuando llega el bebé, la mascota lo único que escucha es “saca al perro o gato afuera”, por lo cual asocia su castigo al nuevo integrante de la familia. Aquí empiezan los verdaderos celos de la mascota al bebé.
Si en vez de esto, acostumbramos de a poco al perro o gato a no subir a la cama o sofá (si antes lo hacía y ya no queremos) mucho antes de la llegada del bebé, no solo esto no será traumático sino que no lo asociará al bebé.
Debemos presentarlo como presentamos al niño a cualquier persona, dejar que lo huela y premiar el buen acercamiento.
Nuestro perro o gato rápidamente captará que este nuevo integrante de la familia es más débil e indefenso que el resto, por lo cual muchos perros toman el rol de verdaderas niñeras, avisando cuando lloran, cuando están inquietos o cuando están próximos a un peligro.
Así que yo no veo contras en tener un bebé más una mascota, por el contrario, que niñera más económica que trabaja por caricias y un buen plato de apetitosa comida.