En verano ya sabemos que beber agua en abundancia es imprescindible para evitar golpes de calor y deshidrataciones, pero ¿y en invierno?
En invierno es igual de importante, sólo que se nos hace menos necesario porque solemos tener menos sed debido al frío. Beber agua en cantidad suficiente evita la retención de líquidos y ayuda a la buena circulación de la sangre, más presionada por la calefacción y las ropas térmicas ajustadas.
Estas son las claves para una buena hidratación en invierno:
– Mientras que en verano apetecen las bebidas frías, en invierno suelen apetecernos más sopas o infusiones calientes. Que al fin y al cabo también son agua e igual de efectivas. Eso sí, en el caso de caldos y sopas conviene limitar la sal para evitar la retención de líquidos.
– Beber al menos 6 vasos de agua al día, lo recomendable sería beber dos litros al día. Siendo muy importante tomar agua en ayunas para activar el organismo y después de la cena para compensar el tiempo que nuestro organismo va a pasar sin ingerir agua durante la noche.
– A la hora del almuerzo, caliéntate con una infusión o un té. Sano, sin calorías, caliente e hidratante.
– Si es preciso, hay que obligarse a uno mismo a beber. Después de una actividad física, sigue siendo igual de importante, y en el día a día también. Muchas veces la sensación de hambre que podemos tener se debe a una falta de hidratación.
– Las frutas de invierno también poseen en agua, ¡abusa de ellas!