- febrero 9, 2021
El Instituto Nacional del Cáncer (INCAN) del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, nos recuerda que exponernos regularmente al sol tiene un efecto dañino sobre la piel y es un factor de riesgo para el desarrollo del cáncer de piel.
Si estás pensando en tomar sol en estos días para adquirir un buen bronceado el consultorio de dermatología del INCAN nos brinda consejos para una exposición racional al sol.
¿En qué consiste?
El primer criterio de una exposición racional al sol es el horario. Una persona debe exponerse al sol hasta las diez de la mañana y después de las tres de la tarde. El segundo criterio es que, quien tome sol, debe emplear protectores solares en crema, emulsión, espray o gel. Es un criterio fundamental que éstos sean elegidos en relación al tipo de piel. La relación es: a piel más clara, protector solar de mayor factor; por ejemplo, una persona muy blanca debería usar un factor de protección 50 y, quien tiene una piel oscura un factor no menor que 25. Este factor se especifica en números en la etiqueta del producto.
Camas solares. Como en una sesión de bronceado en dichos equipos no se siente el efecto de calor, la radiación ultravioleta se recibe sin percibir el daño que está causando. Por ende, el daño que causa una cama solar a la piel es mayor que el que causa la exposición al sol.
El sol y el Cáncer de piel
La exposición a la radiación ultravioleta del sol a largo plazo o de manera intempestiva, es un factor de riesgo para el desarrollo del Cáncer de Piel, advierte el consultorio de Dermatología del INCAN.
Cada estructura de piel es capaz de dar origen a un cáncer. Los tres tipos de cáncer de piel más frecuentes son: el Epitelioma Vaso-celular, el Espino-celular y el Melanoma. Los dos primeros están ligados a la exposición solar de toda la vida. Por ello es muy importante cuidar el tipo de exposición solar de una persona desde la niñez. El melanoma puede aparecer como algo nuevo en la piel o como una transformación de lunares.
Controlá tus manchas y lunares
Para prevenir el cáncer de piel, el cuidado de la exposición al sol debe ir acompañado de un control periódico de manchas y lunares. Dicho control permite una detección precoz de posibles lesiones precursoras de cáncer de piel.
Toda persona con manchas y lunares debe buscar periódicamente un control médico de los mismos, pero muy especialmente, deben hacerlo quienes tengan piel clara; cuenten con antecedentes de cáncer de piel en la familia; trabajen en la agricultura, la albañilería o en otras tareas bajo el sol; quienes posean lunares de nacimiento o lunares que han ido apareciendo en el transcurso de la vida y lunares que presentan cambios según observación por la llamada “Regla ABCD”.
Auto-observación
Cada persona puede observar sus propias manchas y lunares prestando atención a signos de alarma de cáncer de piel. Para ello puede usar la regla ABCD. La letra A invita a observar la “Asimetría” si el lunar presenta cambios físicos asimétricos; esto puede ser evaluado partiendo imaginariamente el lunar en dos o cuatro partes y comparando si ambas partes son iguales o diferentes; si dichas partes difieren, estamos ante un lunar asimétrico. La letra B atiende los posibles “bordes” irregulares del lunar; la Letra C, una “coloración” anormal en la pigmentación y D el” diámetro”, pues debe ser considerado un signo de alarma que el lunar tenga más de 6 milímetros. Descubrir cualquiera de estos elementos en la observación debe conducir a la persona a una consulta con un dermatólogo.
Otros rasgos también deben llamarnos la atención pues en las variantes de Cáncer de piel más comunes como el espino-celular o el vaso-celular aparecen lesiones que suelen ubicarse en zonas de la piel expuestas al sol como por ejemplo el rostro, los brazos, las manos y el escote.
Otros signos de alarma suelen ser las manchas rosadas que descaman un poquito llamadas queratosis actínicas. Es también motivo de consulta el encontrar lesiones de piel que persisten meses, que van creciendo paulatinamente, que se ulceran.