Por qué seguir comiendo mal o perdiendo demasiado tiempo en la cocina cuando una novedosa máquina, recién lanzada al mercado, personaliza cada menú de acuerdo al gusto y necesidades de cada persona y además los prepara en tan sólo un minuto, incluso los platos más elaborados.
Una empresa de base tecnológica israelí ha empezado a comercializar un aparato que cocina de forma instantánea todo tipo de platos y además hace recomendaciones y menús individualizados: sin gluten al que es celíaco, sin azúcar al diabético, con menos calorías a quienes tienen sobrepeso, etc.
El aparato, que es apenas más grande que una caja de zapatos y que cuesta en torno a 500 euros, se llama Genie y acaba de lanzarse a los mercados israelí y australiano, inicialmente en cafeterías y centros de trabajo, según ha explicado su fundador, Doron Marco.
La tecnología funciona a partir de una cápsula del tamaño de una taza que se introduce en el dispositivo y que contiene los ingredientes del menú deshidratados por frío (deshidrocongelación) para que se mantengan frescos durante años sin ningún tipo de conservantes ni productos químicos.
La técnica de conservado mediante extracción previa del agua que contienen los alimentos y que luego se añade en el cocinado, garantiza el mantenimiento de las propiedades naturales de los productos así como su forma y aroma, y se utiliza también en otros sectores como la industria farmacéutica.
Las proporciones de deshidratación de cada uno de los alimentos incorporados en la cápsula y las cantidades exactas de ingredientes se calculan a partir de un complejo algoritmo.
La máquina reconoce instantáneamente el menú una vez introducido el preparado y añade las cantidades necesarias de líquido para que el plato quede en su punto.
El precio de las cápsulas es similar al que costaría prepararlo a partir de alimentos en estado convencional, según su desarrollador.
Ha explicado que uno de los objetivos de esta tecnología es que se generalice su uso entre la población como una nueva forma de alimentación, mucho más saludable y «respetuosa con el reparto de comida en el mundo y el medio ambiente».
No es concebible que mientras mucha gente derrocha comida en ciertas regiones dejando que se pudra en el frigorífico, millones de personas en el tercer mundo sigan pasando hambre, ha lamentado.
La máquina que él ha diseñado permite conservar en el armario el menú y comerlo cuando uno quiera sin riesgo de caducidad, lo que evita tirar a la basura mucha comida en mal estado.
Ha añadido que su uso resulta ideal en entornos no sólo domésticos sino en hospitales en donde cada enfermo requiere menús diferentes, colegios y proyectos de cooperación y ayuda a países pobres o afectados por crisis como guerras o desastres naturales.
Está convencido de que este tipo de alimentación «revolucionará la industria» y desde el punto de vista medioambiental evita gran parte del trasiego diario de camiones con comida fresca a los supermercados y por tanto contribuye a reducir emisiones contaminantes a la atmósfera.
Su llegada a Europa está prevista en breve, una vez concluidos los procesos de tramitación legislativa exigidos por las autoridades, aunque los desarrolladores del aparato se encuentran ya en fase de negociaciones con posibles socios para su comercialización.
De hecho, ya se han alcanzado acuerdos con grandes empresas estadounidenses del sector de la restauración. EFE