Por segundo año consecutivo, el jurado de la Madrid Fashion Week reconoció por unanimidad el imaginario creativo y el excelente trabajo del dúo Alvarno con el premio a la mejor colección de la pasarela, una propuesta de «lujo cañero», con matrícula de honor, y muy por encima de la media.
El tándem, formado por Álvaro Castejón y Arnaud Maillard, se comió la pasarela con una colección sofisticada, «brutal y cañera», que exhala energía y provocación, y que precede a la colección para Azzaro incluida en la programación de la semana de Alta Costura de París.
«Si estás trabajando y disfrutas con ello eres capaz de hacer tantas cosas», argumenta Álvaro Castejón, que junto con su compañero de viaje, rubrican al año, cuatro colecciones de mujer -dos de Azzaro y dos de su firma-, dos de hombre -para la firma francesa-, y pronto, verá la luz una colección de novias con tintes de alta costura.
Con la propuesta presentada hoy en la antigua Cibeles, han roto moldes. «Queríamos salir de la zona de confort. No vale con hacer algo que funciona y estancarse, hay que evolucionar», reivindica Arnaud.
Combinaron tejidos tan dispares como el neopreno o la lana cocida, y estampados diametralmente opuestos como los cuadros escoceses y el ‘print’ animal. Un trabajo de máxima creatividad, en el que erigieron estilismos con más de diez capas sin que apenas se notara.
En un equilibrio y armonía, de tintes barrocos y estética apache, el público se rindió y quedó boquiabierto tras un desfile que lanzó a bocajarro maravillosos vestidos y abrigos joya, unos partidos por cremalleras y otros confeccionados con cuadros escoceses y aplicaciones de cristal, arropados con bufandas XXL.
Subiendo más el voltaje del desfile, modelos como Amanda Moreno -premiada como mejor modelo de esta edición-, desfilaron con unas sofisticadas botas de ante rojo y negro por encima de la rodilla, ideadas por Maillard y Castejón, que comenzaron a trabajar a las órdenes de Karl Lagerfeld y que no conciben una colección sin complementos.
Frente a este rompe y rasga, llegó la explosión de color de Agatha Ruiz de la Prada, con una colección concebida como «más de costura» que otros años, pero que de lejos, desprende su estética tradicional de corazones y estrellas.
Una mujer más andrógina, que bebe del legado de Annie Hall y David Bowie, es la elección de De la Prada para construir pantalones pitillos, siluetas «sixty» y brillos de lentejuelas bicolor, que cambian de tono con el tacto.
Poco antes, María Escote, muy ilusionada con el crecimiento de sus ventas en España, reflexiona, una edición más, sobre el fondo de armario de la chica de barrio en clave deluxe, que en ocasiones visten las cantantes Katy Perry y Rihanna.
También con la estética de David Bowie como telón de fondo, Escote propone una serie de vestido mini con línea recta o evasé, estampados con estrellas, flores o rayas.
La paleta cromática, divertida, apuesta por tonos luminosos lisos o combinados en binomios en rosa y azul, colores que utiliza también en coquetos abrigos de piel de conejo.
Escote, que también tiene una línea para niños, está entregada a la venta on line. «Esta misma noche se pone a la venta toda la colección», ha contado Escote, quien asegura que «tiene contacto directo con las clientas a través de la red»·
En un universo de otra galaxia, la creadora Maya Hansen que está recién llegada de Francia, donde ha recibido el premio Intima Talent del Salón de la Lencería de París, se inclina por una estética motera para armar unos corsés canallescos, en rojo carmesí, dorado, blanco roto y negro petróleo.
«Es una mujer muy actual, más practica que en otras ocasiones. con sudaderas y cazadoras tipo «biker», pero también tendremos nuestros corsés», ha contado Hansen, que mantiene su espíritu transgresor, a la par que femenino.EFE